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El exceso de grasa corporal puede tener que ver con que tus abuelos fumasen

Cristina Fernández Esteban

Cigarro
Depositphotos

Las nietas y bisnietas de hombres que empezaron a fumar antes de la adolescencia tienen más grasa corporal de lo esperado, muestra una nueva investigación.

Una de las razones por las que los niños tienen sobrepeso puede no tener tanto que ver con su dieta y ejercicio, sino con el estilo de vida de sus antepasados, según los hallazgos de un nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Uindo).

La investigación publicada recientemente en Scientific Reports encontróque las mujeres cuyos abuelos o bisabuelos comenzaron a fumar antes de la pubertad eran más propensas a un exceso de grasa corporal durante su juventud.

De lo que se deriva que la exposición a factores ambientales, como en este caso el tabaco, podría tener consecuencias físicas o de salud que persistan durante generaciones. 

Es lo que la Ciencia denomina "efectos transgeneracionales". Si bien se requiere más investigación al respecto, este descubrimiento podría considerarse la primera prueba de ellos en humanos.

Los experimentos con estudios modelo o en animales han apuntado a que la exposición de los machos a ciertos químicos pueden tener efectos en su descendencia. Sin embargo, no se conocía si esto se podría trasladar a las personas. Lo que ahora parece que sí.

"Si estas asociaciones se confirman en otros conjuntos de datos, este será uno de los primeros estudios en humanos con datos adecuados para comenzar a observar estas asociaciones y comenzar a descubrir el origen de relaciones intergeneracionales potencialmente importantes", asegura el epidemiólogo Jean Golding autor principal del estudio.

Investigaciones previas habían evidenciado resultados similares entre padres e hijos

Para investigar estos vínculos, los científicos de la Universidad de Bristol se basaron en los datos sobre los efectos del tabaquismo en preadolescentes en los participantes del estudio longitudinal de padres e hijos de Avon (también conocido como el estudio "Niños de los 90"). 

Con más de 14.000 participantes, se trata de un estudio observacional sobre  mujeres embarazadas y sus familias, que comenzó a principios de la década de 1990.

En 2014, el equipo liderado por Golding encontró que los hijos (varones) de padres que comenzaron a fumar antes de los 11 años tenían más probabilidades de tener un mayor índice de masa corporal (IMC) en la adolescencia. 

Para la investigación reciente los datos se llevaron a parientes anteriores revelando que los efectos se extienden a más generaciones.

Para que quedara claro que los resultados no se debían a asociaciones con el tabaquismo en general, los análisis se limitaron a los abuelos y bisabuelos que habían comenzado a fumar antes de los 17 años. Así, compararon a los antepasados que habían iniciado el hábito regularmente antes de la pubertad (< 13 años) con los que empezaron más tarde (13-16 años). 

"Ahora mostramos que si el abuelo paterno había comenzado a fumar antes de la pubertad [antes de los 13 años], en comparación con los que empezaron después, sus nietas, pero no los nietos, tenían evidencia de exceso de masa grasa a las dos edades [ 17 y 24 años] estudiadas", explican los investigadores.

No obstante, como el propio estudio enfatiza, es necesaria más investigación al respecto. También se reconocen ciertas limitaciones. Como la falta de una gran cantidad de datos en términos de la conciencia de los encuestados sobre la infancia y las circunstancias de sus padres y abuelos.

El estudio tampoco pudo determinar por qué ocurre esto. Entre las posibles causas, los investigadores reconocen que es posible que los fumadores precoces analizados tuvieran una predisposición hereditaria a la obesidad que surgió generaciones después.

"Cabe destacar que las asociaciones indicadas están relacionadas con la obesidad; en general se reconoce que la obesidad es un trastorno complejo causado por la interacción de factores genéticos, epigenéticos y ambientales", escriben los autores..

Pero si estas asociaciones se confirman en otro conjunto de datos o mediante el uso de biomarcadores, "esta será una de las primeras demostraciones humanas de los efectos transgeneracionales de una exposición ambiental a lo largo de cuatro generaciones", concluyen.

Este artículo fue publicado en Business Insider España por Cristina Fernández Esteban.

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