Logo Computerhoy.com

El plástico invade los océanos, y al parecer viene de tu ropa

Andrea Núñez-Torrón Stock

- Actualizado:
Plástico mar

Los plásticos de tamaño microscópico suponen un buen dolor de cabeza para investigadores y expertos en la materia en lo tocante al futuro climático, a las especies animales y vegetales y el futuro de los mares. Así lo revela una investigación del grupo TecnATox de la Universitat Rovira i Virgili presentado la semana pasada en un congreso en Helsinki.

En el estudio se analizaron muestras marinas de Tarragona para atestiguar que el agua, la arena y los sedimentos del litoral de Tarragona tienen una cantidad de plástico parecida a la de Barcelona, siendo la mitad de ellos fibras sintéticas de ropa procedentes de la lavadora. Algunos de las partículas son de tamaño microscópico y podrían afectar seriamente a la salud humana, algo que ya investigan los Departamentos de Ingeniería Química y de Bioquímica y Biología Molecular de la URV.

En total, el 57% del total de los plásticos analizados procedentes del agua marina son fibras microscópicas de la ropa, arrastradas hasta las estaciones depuradoras pero que finalmente, en una gran medida, acaban en el océano. Ya advertía otro estudio de la Institution of Mechanical Engineers hace unos meses que en total, un 35% de los microplásticos liberados en los océanos de todo el mundo proceden de textiles sintéticos.

18 trucos para ahorrar electricidad en casa

Al analizar tanto los sedimentos como la arena de las playas, los resultados de las analíticas revelaron plásticos de tamaño microscópico de tres grupos principales: polipropileno (un 42%), poliestireno (un 37%) y polietileno (un 16%). Las partículas proceden de residuos plásticos de los objetos de la vida cotidiana como bolsas, embalajes, contenedores y envases. Hay que diferenciar entre microplásticos cuando el tamaño es de pocos milímetros (hasta 5) y de nanoplásticos cuando sus dimensiones son inferiores a un milímetro.

Dichos plásticos provienen de torrentes y rieras, arrastrados por ríos caudalosos como el Ebro o por el alcantarillado y de los emisarios marinos. También proceden de derrames de polímeros de plástico de origen industrial, y de derrames directos por parte de embarcaciones.

Los nocivos microplásticos pueden bloquear el tracto digestivo de invertebrados -mayoritariamente moluscos y crustáceos- y peces, provocando su muerte o llegando a su sistema digestivo, captando metales pesados ​​y moléculas orgánicas potencialmente tóxicas. El siguiente paso en las investigaciones será averiguar si los nanoplásticos pueden atravesar las membranas de las células del hígado, del riñón o del sistema nervioso. Para ello, ya se desarrollan técnicas de detección en muestras biológicas humanas.

Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.