Ventilador sí o ventilador no, este es uno de los debates que surgen cuando llega el calor. Aunque hay personas que no pueden vivir sin él, también los hay que odian el ruido que hace o quienes defienden que el ventilador produce más calor del que quita y, la verdad, estos últimos no andan muy desencaminados.

Con el ventilador ocurre una cosa, un tema es el efecto que tenga a nivel local y otro el provoca a nivel global. Porque un ventilador funcionando tiene un motor que desprende calor siempre que está funcionando, aunque alivie si enfoca directamente a las personas.

A diferencia del aire acondicionado, el ventilador no tiene acceso a la calle, por lo que la elevación de temperatura se da dentro de las habitaciones en las que esté funcionando. El aire caliente no se enfría en un espacio con ventilador, lo que ocurre es que la potencia de aire hace que el sudor de la piel se evapore con mayor rapidez. 

Por qué dormir con el ventilador encendido es muy mala idea

Además de esto, el ventilador envía al cuerpo un aire seco que puede ser perjudicial para la salud y bajar sus defensas. Se puede recomendar en situaciones de calor moderado, pero con calor extremo no tanto. Si se usa, lo recomendable es tener a mano un vaso de agua.

Con los ventiladores de techo no ocurre lo mismo y dependiendo de la dirección en la que se utilicen pueden ser buenos para el ambiente. En momento de extremo calor, lo ideal es que giren en la dirección que absorba el aire para que el aire caliente sea sustituido por otro más frío. Normalmente, esto ocurre cuando las aspas se mueven en dirección contraria al reloj.

Con los ventiladores de toda la vida, en caso de querer utilizarse, lo mejor es buscar una posición estratégica para que el motor no aumente demasiado la temperatura de la habitación ni absorba y envíe suciedad o partículas a los usuarios. Pero si queréis refrescar de verdad vuestra vivienda, os recomendamos este artículo en el que explicamos trucos efectivos para refrescar la casa.