La ayuda millonaria de Binance a Elon Musk podría degenerar en un cripto Twitter

La importante bolsa de criptomonedas Binance ha participado en la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, por valor de 44.000 millones de dólares, según los datos presentados ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos. Hablamos de una participación de 500 millones de euros.

Y es que, Binance es uno de los 18 coinversores en total (el cuarto de todos los que han colaborado) en la adquisición de las plataforma, junto a otras grandes empresas de la industria de las criptomonedas.

El director ejecutivo de Binance, Changpeng Zhao, se dirigió a Twitter posteriormente, tras hacerse pública la compra, y describió la inversión de la empresa como una "pequeña contribución a la causa".

Todo esto nace de Zhao, que es un gran creyente dentro de la visión del mundo de las criptomonedas de un nuevo tipo de Internet, conocido como Web3 (nuevas experiencias web construidas en torno a blockchain). Una participación de Binance en Twitter podría ser la oportunidad de Zhao para hacer realidad los ideales descentralizados de esta nueva web.

Con todo esto sobre la mesa, parece que la plataforma podría dar un giro hacia este mundo. Y es que, es el propio Musk, quien, pese a que aún no ha decidido nada, ya ha insinuado planes para hacer que el sitio sea más amigable con las criptomonedas, incluyendo la aceptación del token dogecoin inspirado en los memes como método de pago.

También hay que destacar que para él el término de Web3 es solo un concepto de moda basada en marketing.

Su compromiso de relajar las políticas sobre lo que pueden publicar los usuarios de Twitter ha alimentado la preocupación de que pueda abrir la plataforma a contenidos potencialmente tóxicos o ilegales o que se convierta, como ya hemos explicado en un cripto Twitter.

Ya ha avisado que una de sus principales prioridades para Twitter sería eliminar "el spam y los bots estafadores y los ejércitos de bots", incluidos los relacionados con las criptomonedas, así que podemos afirmar que, aunque no sabemos en qué porcentaje, estas entran definitivamente dentro de sus planes de lavado de cara.