La capitalización de las criptodivisas se redujo la pasada semana hasta los 193.000 millones de dólares. En el último mes, el Bitcoin ha perdido un 26% de su valor (el valor de 1 BTC ha caído por debajo de los 6000 dólares por primera vez en todo el verano), pero —en palabras de Timothy Tam, CEO de CoinFi— “la gran noticia del mercado es la enorme debilidad de Ethereum. Bitcoin se ha mantenido relativamente bien el comparación”. Y es que la caída de esta prometedora moneda ha sido de un 40% tan sólo en la última semana.

¿Un pequeño bache aislado? No lo parece: hace tan sólo un año Ethereum le pisaba los talones a Bitcoin, representando un 32% de la capitalización del mercado de criptomonedas (frente al 39% de Bitcoin). La semana pasada, las circunstancias cambiaron radicalmente: llegó un momento en el que el Ethereum representaba tan sólo en torno al 14%, frente al 54% de Bitcoin. Y no es porque la criptodivisa líder no haya caído: sencillamente lo hace más lentamente que las “altcoins” (las criptodivisas minoritarias).

La minería de criptomonedas ya consume el 1% de la electricidad mundial

Ted Rogers, CEO de Xapo (una de las plataformas de monederos de Bitcoin más utilizadas en el mercado mundial de criptomonedas), ya tuiteó el pasado 13 de agosto su convicción de que nos encontramos “en medio del evento de extinción masiva de criptodivisas que muchos maximalistas han predicho. Más del 90% de este mercado terminará desapareciendo... y eso es lo que puede estar pasando ahora”, afirma.

Pese a lo apocalíptico de su predicción, Rogers no se resiste a verle el lado positivo al asunto: “La bajada del precio del Bitcoin constituye una increíble oportunidad para comprar más”.

Rogers, que recomienda comprar ahora a todos aquellos a los que les disuadió el máximo histórico de 20.000 dólares por BTC alcanzado a finales del año pasado, es un firme defensor del Bitcoin como inversión a largo plazo: “Personalmente no me interesaría en el trading a corto plazo”. Y, en referencia a la posibilidad de que esta criptodivisa se termine convirtiendo en un activo de reserva global, afirma que “no se trata de si [esto ocurrirá], sino de cuándo”.