Cuando todavía muchos usuarios se están acostumbrando al nuevo WiFi 6, llega su extensión el WiFi 6E, el próximo protocolo de conexión inalámbrica. Más velocidad en un mundo cada vez más plagado de dispositivos que están conectados las 24 horas el día. 

Al igual que en otros ámbitos, en tecnología hace falta que el emisor y el receptor hablen el mismo idioma. Con esto nos referimos a que para hacer uso de las bondades que ofrece el WiFi 6E es necesario que tanto los dispositivos como los router sean compatibles con este protocolo y para se deben fabricar nuevos chips. 

Qualcomm se ha puesto a ello rápidamente y ya cuenta con una nueva gama de chips compatibles con Qualcomm que veremos dentro de los móviles para finales de año. Los router, sin embargo, no tendrán que esperar tanto, ya pueden disponer de ellos y prepararse para un futuro más rápido y menos colapsado. 

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Estos nuevos chips se incluyen dentro de la línea FastConnect, que son soluciones integradas. Qualcomm presenta así los nuevos FastConnect 6700 o 6900, chips que tardarán bastante en encontrarse con un Snapdragon como el que tenemos dentro de los teléfonos. Los últimos de esta línea que se han usado junto a un Snapdragon es el FastConnect 6800, es decir que el potente Snapdragon 865 no es compatible con el WiFi 6. 

No obstante, como ya hemos dicho, ya están disponibles hasta cuatro opciones para los fabricantes de routers, para que cuando el WiFi 6E llegue a los móviles podamos usarlo con nuestro router de casa. Soluciones que van desde los 5,4 Gbps hasta los 10,8 Gbps de velocidad máxima y ofrecen de 6 a 16 conexiones WiFi 6E.

Además de velocidades rápidas en conexión WiFi, estos chips nuevos de Qualcomm ofrecen Bluetooth 5.2 y prometen una latencia ultra baja para mejorar la experiencia de videojuegos que está creciendo en entornos de streaming y en los móviles. 

El siguiente paso para que este nuevo protocolo WiFi 6E llegue a la mayoría de consumidores, es que se expanda entre todos los dispositivos disponibles en el mercado y que se legalice en los principales mercados. Estados Unidos ya ha aprobado su adopción, faltaría que hiciera lo mismo la Unión Europea.