La experiencia que Virgin Galactic pretende vender por 250.000 dólares permite a los tripulantes experimentar la ingravidez dentro del Virgin Galactic’s VSS Unity mediante un vuelo suborbital. Es una nave que es llevada hasta 14 km de altura y desde ahí enciende su cohete para llevar a los ocupantes hasta cerca de 86 km de altura.

Para ello consigue alcanzar  una velocidad de Mach 3, es decir, tres veces la velocidad del sonido. A esa distancia del nivel del mar permanece varios minutos ofreciendo ingravidez real y tras ello desciende de manera segura con un tiempo de vuelo total de una hora y media aproximadamente.

Ahora bien, ¿son 86 km de altura ya lo que se conoce como el Espacio? Pues aquí hay opiniones encontradas ya que si bien en EE.UU. a partir de 80 km ya se reconoce a los pilotos como piloto espacial, hay un acuerdo internacional que marca la altitud de 100 km como el límite del Espacio, dentro de lo que se conoce como Termosfera.

Ese límite del Espacio se conoce como Línea Kármán y marca el momento en el que una aeronave necesita viajar a velocidades similares a los satélites, 27.000 km/h, para conseguir sustentación con sus alas y mantener esa altura debido a la bajísima densidad del aire a esas alturas de la atmósfera. 

Por tanto más allá de esos 100 km de altura ya se pueden empezar a situar objetos en órbita alrededor de la Tierra, en el Espacio.

En resumen, por tan solo 14 km de altura este vuelo de Virgin Galactic es considerado un vuelo suborbital, y, por tanto, realmente no llega al Espacio propiamente dicho.

Sin embargo, 86 km (la linde entre la Mesosfera y la Termosfera) sí que es una distancia suficiente como para observar la curvatura de la Tierra claramente y disfrutar de una ingravidez prácticamente total.