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Los anillos inteligentes tienen un grave problema del que nadie ha hablado

Los smart ring son más prácticos que los relojes o los móviles en ciertas tareas, principalmente relacionadas con la salud. Pero la sombra de la obsolescencia programada y los desechos electrónicos, acecha.

Samsung Galaxy Ring

Samsung

Una de las tareas de las empresas tecnológicas, es crearnos necesidades que no sabíamos que necesitábamos. Steve Jobs era muy bueno en eso, y así construyó un imperio. Cuando parecía que el móvil era el principio y el fin de todas las cosas, el smartwatch llegó para contradecirnos. Y ahora ocurre lo mismo con los anillos inteligentes.

Oura Ring, o el Samsung Galaxy Ring son una realidad, y han demostrado que, en ciertas tareas relacionadas con la salud, como la medición del pulso cardíaco, oxígeno en sangre, temperatura o el control de dispositivos, un anillo inteligente es más práctico y menos intrusivo que un reloj inteligente.

Es posible que hayan llegado para quedarse, pero es necesario hablar de un problema que raramente se menciona: resulta imposible repararlos, y resulta imposible cambiar la batería. Y eso es un problema, especialmente cuando hablamos de la batería.

Un anillo dura... lo que dura la batería

Los anillos inteligentes son un prodigio de la tecnología, porque integran todo tipo de sensores, procesadores y otros elementos, en lo que es un simple aro de metal. Y ahí se incluye la batería.

El servicio de reparaciones iFixIt lo explica en su blog: tal como están fabricados los anillos inteligentes hoy en día, son productos 100% desechables, que no se pueden reparar. Para acceder a la batería, hay que destruir el anillo.

Esto es un grave problema, no solo a nivel medioambiental, sino porque se trata de una obsolescencia programada. Por muy bien que cuides tu anillo inteligente, aunque funcione a la perfección, solo vivirá lo que dure la batería.

Ultrahuman Ring Air

¿Y cuánto dura un anillo inteligente? Tal como explica iFixIt en un completo análisis, una batería de ion de litio tiene una vida media de 400 ciclos. Se entiende como un ciclo, la descarga y recarga completa.

Así que cuando un anillo inteligente alcanza los 400 ciclos de recarga, la batería comienza a deteriorarse, hasta que muere. Y con ello, el anillo, sin que se pueda hacer nada al respecto.

Por eso es importante que los dispositivos electrónicos usen baterías extraíbles, que puedan sustituirse cuando se agotan o estropean. Un anillo inteligente con batería extraíble es un desafío, pero es algo que tendrán que afrontar los fabricantes, si quieren que estos wearables se vuelvan populares. Especialmente cuando hablamos de los modelos premium que cuestan cientos de euros.

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Etiquetas: Samsung, wearables