Usar la inteligencia artificial en sus múltiples aplicaciones, ya sean chatbots, generación de imágenes o incluso automatizaciones de tareas, parece que se ha convertido en el día a día de muchas personas gracias a sus múltiples ventajas.

Por ejemplo, ChatGPT ya acumula más de 180 millones de usuarios en el mundo, demostrando ser una herramienta realmente útil para muchos. Sin embargo, no todos están convencidos de sus beneficios y parece que ese porcentaje es mayoritariamente masculino. Algunas mujeres, como Harriet Kelsall, han expresado en un artículo de BBC su escepticismo.

Según una encuesta realizada a principios de este año, solo el 35% de las mujeres utilizan actualmente la IA en su vida profesional o personal, en comparación con el 54% de los hombres. Estos son otros datos que aporta el estudio:

• Uso en la vida personal: 15% mujeres, 21% hombres.
• Uso tanto en la vida personal como profesional: 11% mujeres, 12% hombres.
• Uso en el trabajo —con permiso del jefe—: 5% mujeres, 11% hombres.
• Uso en el trabajo —sin permiso del jefe—: 4% mujeres, 10% hombres.

¿Cuáles son las razones detrás de esta aparente brecha de género en el uso de la inteligencia artificial?

Una de las principales razones es la preocupación por la pérdida de la autenticidad y la personalidad propia en el acto de comunicar. Michelle Leivars, una coach empresarial en Londres, se posiciona como ejemplo y prefiere escribir ella misma en lugar de utilizar la IA. 

Esta considera que su estilo de escritura en su web refleja su voz y personalidad, lo que considera que atrae a sus clientes y, es por este motivo, que rechaza por completo el uso de esta tecnología.

El estado actual y el futuro de la Inteligencia Artificial: una visión a corto plazo

Yendo a otro campo, Hayley Bystram, fundadora de la agencia de búsqueda de parejas Bowes-Lyon Partnership, también explica a BBC que se niega a utilizar la IA para emparejar a personas. Prefiere el enfoque personalizado, en el que se reúne cara a cara con los clientes y utiliza su experiencia en lugar de depender de algoritmos.

Si bien estas razones son válidas, la experta en inteligencia artificial Jodie Cook destaca argumentos aún más profundos que explican la brecha de género en la adopción de esta tecnología. 

Tradicionalmente, las disciplinas STEM —ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas— han estado dominadas por hombres, lo que ha influido en la desigual adopción de herramientas de IA. 

Para que te hagas una idea, solo el 22% de los profesionales de IA son mujeres, según un estudio sobre brechas de género realizado por el Foro Económico Mundial en colaboración con LinkedIn. Y en el aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial, las mujeres representan solo el 12% de los principales investigadores.

Todo esto, en última instancia, también contribuye a que muchas de ellas, en el mundo laboral, no se sientan lo suficientemente seguras como para hacer un uso diario de esta tecnología.

Un viaje a los orígenes de la inteligencia artificial: ¿Sabes realmente cuándo nació esta tecnología?

El psicólogo Lee Chambers añade otro elemento a la ecuación: la brecha de confianza. Las mujeres tienden a buscar un alto nivel de capacidades personales antes de adoptar nuevas tecnologías, mientras que los hombres están más dispuestos a probar cosas sin sentir la necesidad de ser expertos en el tema. 

Además, las mujeres pueden temer que se cuestione su capacidad si utilizan herramientas de IA, lo que podría afectar su confianza y su credibilidad.

Pese a que poco a poco esa idea de que la IA es algo de ciencia ficción se va difuminando, todavía queda mucho trabajo por hacer. Además, este sigue siendo un terreno que históricamente se ha dirigido más hacia los hombres en la cultura popular. 

Es por eso que algunas expertas plantean la necesidad de cambiarlo todo y alentar a las mujeres a utilizarla y, sobre todo, a lanzarse a trabajar en este campo. Si las mujeres toman la delantera en la integración de la IA en el lugar de trabajo, podrán asegurarse de que esta poderosa tecnología se utilice para impulsar el crecimiento en su entorno y en general y cerrar la brecha.