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La situación se tensa entre OpenAI y la demanda de The New York Times: "no cuenta la historia completa"

Inteligencia artificial ChatGPT
Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

OpenAI, la famosa compañía de inteligencia artificial que está detrás de herramientas como ChatGPT o DALL-E, ha admitido que es imposible entrenar sus modelos de lenguaje generativos sin utilizar materiales con derechos de autor.

OpenAI ha afirmado esto comentando que los derechos de autor actuales abarcan prácticamente todas las formas de expresión humana, desde publicaciones de blogs hasta fragmentos de código de software, lo que hace esencial el uso de estos materiales en el proceso de entrenamiento.

La compañía agregó que "limitar los datos de entrenamiento a libros y dibujos de dominio público creados hace más de un siglo podría generar un experimento interesante, pero no proporcionaría sistemas de inteligencia artificial que satisfagan las necesidades de los ciudadanos de hoy".

OpenAI también ha insistido en que cumple con las leyes de derechos de autor cuando entrena sus modelos. En una nueva publicación en su blog realizada en respuesta a la demanda de The New York Times, dijo que el uso de materiales de Internet disponibles públicamente para entrenar IA cae dentro de la doctrina de uso legítimo.

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Aunque OpenAI reconoció que aún hay trabajo por hacer para apoyar y empoderar a los creadores, y ha destacado sus continuos esfuerzos para permitir a los editores bloquear el acceso del rastreador web GPTBot a sus sitios web

Además, aseguró estar desarrollando sistemas adicionales que permitan a los titulares de derechos decidir por no participar en el proceso de entrenamiento, aunque por el momento se desconoce cuáles son.

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La situación se tensa entre OpenAI y The New York Times

En medio de las demandas que acusan a OpenAI y Microsoft de no pagar a los autores por su trabajo mientras construyen una industria de miles de millones de dólares, la compañía respondió directamente a las críticas del New York Times. 

Afirmó que ya estaba negociando una "asociación de alto valor" con el periódico, que le daría acceso a sus informes, y que finalmente la empresa tuvo que enterarse de la demanda al leer sobre ello en diciembre.

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En relación con la denuncia del periódico, OpenAI le acusó de manipular intencionalmente las indicaciones dadas a ChatGPT, incluyendo extractos extensos de artículos en las interacciones para provocar respuestas específicas del chatbot. "La publicación no cuenta la historia completa", dijo. 

En otro de los casos más recientes presentado por un par de autores se argumentó que esta y otras empresas podrían haber explorado opciones de financiación alternativas, como la participación en las ganancias, pero en su lugar "decidieron robar".

Desde luego, y viendo toda esta historia, parece que va para largo. La demanda del New York Times es solo una de las muchas incertidumbres a las que se enfrenta todas estas empresas de IA. Si este bache se consigue sortear, y se pueden resolver las cuestiones legales que rodean el uso de materiales con derechos de autor, esta podría jugar un papel clave en 2024, pero solo el tiempo dirá.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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