Se llama Byakuya, y es una creación de la heladería de lujo Cellato, en Japón. El Libro Guinness de los Récords lo acaba de nombrar el helado más caro del mundo. Cuesta 880.000 yenes, que al cambio son casi 6.000 euros.

La cocina japonesa ha influenciado enormemente a la europea en las últimas décadas. y esa influencia también se aplica a los postres. El mochi, un helado envuelto en un pasta hecha con arroz, está entre los más vendidos en Mercadona.

Pero poco tienen que ver los mochis con Byakuya, el helado más caro del mundo. Un lujo solo al alcance de los más ricos. Puedes verlo en la foto de apertura de la noticia.

¿De qué está hecho el helado más caro del mundo?

La propia pastelería Cellato, con sede en Tokio, explica en su web que el helado Byakuya se compone de una base aterciopelada hecha con leche, dos tipos de queso, yemas de huevo y puerro sake. Se cubre con queso Parmesano, trufa blanca, aceite de trufa y pan de oro.

Según los catadores, tiene un ligero dulzor, un sabor complejo y una textura lujosa y suave.

Viene acompañado de una cuchara metálica hecha a mano por artesanos de Takeuchi en Fushimi, usando técnicas milenarias empleadas en la fabricación de utensilios y armas de la época de los samuráis.

Por si la te lo estás preguntando, esta cuchara no se incluye con el helado. Hay que pagarla aparte.

Cellato recomienda dejar el helado unos minutos a temperatura ambiente, para que la cuchara entre con facilidad. Mientras se consume es recomendable mezclarlo con el aceite de trufa para potenciar el sabor.

También recomienda acompañarlo con un poco de vino blanco añejo. Helado y vino, una combinación que no se ve todos los días.

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¿Y por qué el helado Byakuya es el más caro del mundo? La leche, el queso, las yemas de huevo o el pan de oro, no son ingredientes caros. La clave está en la trufa blanca, que sí es muy escasa, según explica Oddity Central. La traen expresamente de Italia, en lotes que cuestan más de 12.000 euros.

Un helado de la máxima calidad que poca gente puede pagar. Por desgracia, la mayoría nunca llegaremos a saber si pagar esos 6.000 euros merece la pena, porque no lo vamos a probar. La de cosas que podríamos comprar con ese dinero...