Monitor gaming AOC CQ32G1, análisis y opinión
Digan lo que digan, montar un PC por piezas no es divertido, es un quebradero de cabeza. No solo hay que elegir los componentes internos para aprovechar la frecuencia y bus de todos ellos, y que trabajen perfectamente juntos, sino que debemos comprar un monitor que nos permita disfrutar de todos los detalles del juego.
Claro, hay tres tipos de paneles (IPS, VA, TN), varias tasas de refresco y tiempo de respuesta, y también debemos elegir la mejor resolución dependiendo de la diagonal de la pantalla, entre otros factores (filtro de luz azul, modos de juego, marca del panel, tecnologías como Freesync/G-Sync...).
No, no es fácil elegir, y muchos terminan haciéndolo mal por pereza o por desconocimiento. Nosotros os hemos dado las claves para elegir el mejor monitor gaming posible, y ahora hemos analizado el AOC CQ32G1, un monitor gaming curvo cuyas características os presentamos a continuación:
AOC CQ32G1 | |
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Resolución | 2.560 x 1.440 píxeles |
Tasa de refresco | 144 Hz |
Tiempo de respuesta | 1 milisegundo |
Tipo de panel | VA FreeSync |
Curvatura | 1.800R |
Ángulos de visión | 178º / 178º |
Diagonal | 31,5'' |
Brillo | 300 cd/m² |
Contraste dinámico | 80.000.000:1 |
Contraste estático | 3.000:1 |
Modo baja luz azul | Sí |
Consumo encendido | 37 W |
Consumo standby / apagado | 0,5 W |
Conexión | HDMI 1.4 / HDMI 2.0 / DisplayPort 1.2 / Jack 3,5 mm |
Dimensión total | 530,3 x 713,1 x 244,8 mm |
Dimension de la pantalla | 392,5 x 697,3 mm |
VESA | Sí, 100 x 100 mm |
Precio | 516 euros |
Este monitor curvo de AOC no es de la marca gaming de la compañía, pero aún así cuenta con unas cifras nada desdeñables. Resolución QHD, una gran diagonal para ser un monitor, tiempo de respuesta de solo un milisegundo y 144 Hz de refresco, además de un consumo interesante de solo 37 W.
A continuación, os contamos nuestra experiencia tras unas semanas jugando y trabajando en un monitor curvo en este análisis del AOC CQ32G1, y empezamos con el diseño.
Diseño y conexiones
Aunque en un monitor el diseño suele ser secundario, las compañías gaming se esfuerzan mucho en este apartado, ya que es donde más elementos diferenciales pueden incluir. En este sentido, nos encontramos con un diseño bastante tradicional, sin extras como iluminación RGB o gancho para auriculares, algo que se adecúa al precio.
Las dimensiones, como os podéis imaginar no son muy manejables. En total, 53 centímetros de altura (de la base hasta el punto más alto), 72 centímetros en la horizontal y un fondo de 24,5 centímetros. No es un monitor ''plano'' que quepa en cualquier escritorio, y debemos tener bastante, incluido un fondo generoso para no ''comernos'' la imagen.
Los marcos laterales y superior son estrechos, con una ''barbilla'' más ancha al incluir el logo de AOC. En la parte inferior tenemos los controles de imagen, muy poco accesibles y confusos, ya que las marcas que nos indican la función de cada botón no solo no se ven correctamente, sino que son unos iconos que pueden representar cualquier cosa. Afortunadamente, no hay que ''toquetear'' mucho estos comandos una vez calibrado el panel. Un bisel rojo recorre la parte inferior, siendo bastante elegante.
En la parte trasera tenemos un diseño con rendijas de ventilación para disipar el calor que produce la pantalla, detalles en color rojo y la zona del soporte VESA de 100 x 100 milímetros para colgar el monitor en una pared.
Es un diseño nada ostentoso, y el brazo también se suma a esa simplicidad. Es robusto y sujeta bien el monitor (encaja de forma muy sencilla, sin tornillos, a la parte trasera del mismo), y cuenta con un mecanismo que permite la rotación vertical del monitor para que siempre apunte a nuestros ojos de forma directa, pero no podemos controlar la altura.
En lo que a conexiones se refiere, va bien servido, y es interesante el contar con un HDMI 1.4 para dispositivos convencionales, un HDMI 2.0 para aprovechar la alta tasa de refresco en resolución QHD en consolas de actual generación, y el DisplayPort 1.2 para conectar un PC actual. Y tampoco sobra el jack de 3,5 mm para auriculares por si tenemos varias fuentes conectadas a la pantalla y no queremos ir conectando los cascos a los diferentes dispositivos.
Es un diseño sin alardes y que no llama, en absoluto, la atención (más allá de por las dimensiones), pero lo fundamental en un monitor es otro elemento, el panel y sus características.
Panel VA con alta tasa de refresco, pero corto en resolución
El punto más importante del análisis del AOC CQ32G1 es el panel y nuestra experiencia jugando. No deja de ser un monitor gaming, y para ello se necesitan ciertas características. El panel elegido por AOC es un VA. Aunque se podría haber elegido un TN (que han mejorado mucho estos últimos años) para conseguir reducir el precio y ofrecer 144 Hz, la calidad de imagen no sería la misma.
Un panel VA es la mezcla perfecta entre un TN (refresco elevado y bajo tiempo de respuesta) y un IPS (representación de color). No llega a la calidad de un buen IPS en lo que a colores y ángulos de visión respecta, pero también elude uno de los clásicos problemas de los IPS. No hay, al menos en la unidad analizada, ni rastro de fugas de luz y la representación del color negro es muy satisfactoria.
Es cierto que hay que realizar una configuración de imagen para poder disfrutar del monitor en todo su esplendor, ya que la que viene de fábrica satura demasiado los colores y el blanco es tira demasiado al azul, pero una vez calibrado, tenemos una calidad de imagen excelente en juegos y multimedia.
Los ángulos de visión no son los mejores del mercado (buena parte de la culpa la tiene la tecnología VA), pero es algo que, inteligentemente, soluciona la curvatura. Con un radio clásico de 1.800R, este monitor gaming de AOC consigue que todos los puntos del panel queden a la misma distancia de nuestros ojos, tanto en una de las esquinas como el propio centro.
Si nos movemos, el color empieza a variar, pero si nos mantenemos centrados, la representación es excelente. En este tamaño, 31,5'', el contar con esta curvatura nos permite jugar de forma muy cómoda sin que los colores se distorsiones en los laterales, y aunque al principio es extraño jugar en un monitor curvo, pronto te olvidas de ese detalle.
Más allá de la calidad de imagen del panel VA, tenemos tecnología flicker-free propietaria, pero también FreeSync de AMD (tecnología para evitar el tearing en juegos que, ahora, es compatible con tarjetas Nvidia), un refresco de 144 Hz y un tiempo de respuesta en el modo juego de solo un milisegundo. Y es una gozada.
Jugando en un monitor curvo de altos vuelos
Cuando se pasa de jugar de 30 frames por segundo a 60 frames por segundo, se nota en cualquier tipo de género. La respuesta es mejor y la imagen es más fluida, algo que se agradece en shooters en primera persona y títulos que exijan una respuesta rápida. Cuando pasamos de 60 fps a jugar en un panel de 120 o 144 Hz, notamos que nuestra precisión en shooters en primera persona aumenta, y aquí tenemos el pack completo.
Hablando de monitores curvos... así es vivir con uno de 49'' ultrapanorámico
Nos encontramos con un monitor que sobresale en tres aspectos: representación de los colores, tiempo de respuesta y frecuencia. Cuando hemos calibrado la imagen para dejarla a nuestro gusto, la curvatura y el panel VA permiten disfrutar de unos colores vivos, unos negros intensos y unos blancos que - casi - son blancos del todo.
Da igual qué tipo de juegos nos gusten (tres ejemplos muy diferentes en paleta de colores, Crysis 3, Overwatch, Anthem), ya que los colores siempre resultan llamativos y tan naturales o saturados (respetando los tonos) como queramos. En este sentido, es una auténtica gozada el panel que monta AOC.
Y, si hablamos de ''monitor gaming'', lo hacemos por el milisegundo de tiempo de respuesta en el modo juego y por el refresco de 144 Hz. Jugar a shooters en primera persona a 144 fps, siempre que lo permita nuestra GPU, es una delicia, y disfrutar de títulos como CS:GO u Overwatch con el modo motion blur reducido a 144 Hz es fantástico, ya que la imagen es muy nítida y todo se mueve a una velocidad apabullante.
La respuesta de un milisegundo solo la notarán los jugadores profesionales, o aquellos que se pasen de la consola, con toda la latencia de la consola y el televisor, al PC. Y, realmente, se nota. Configurar este monitor con un juego como Counter Strike: Global Offensive y un ratón + teclado con buenos switches y tiempos de respuesta reducidos nos hará tener algo de ventaja sobre el rival. Y hablamos de CS:GO por no hablar de Fortnite, juego en el que se nota - y mucho - si jugamos a 144 Hz.
Eso sí, no todo van a ser elogios. El brillo y la resolución no están a la altura de ciertas circunstancias, y esto es algo que se nota en diferentes juegos. Las 27'' son el límite para la resolución QHD, y es algo que se nota cuando jugamos en un monitor de casi 32'' QHD a juegos como StarCraft II (o cualquier título de estrategia con unidades pequeñas).
Aunque no es molesto, los jaggies (''dientes de sierra'', o bordes dentados, que aparecen en la silueta de los modelos de tridimensionales de un juego)están a la orden del día, y en un monitor más pequeño, o 4K, disfrutaríamos de unos modelos más definidos, lo que mejora la experiencia jugando. En títulos de acción en primera/tercera persona, es algo que pasa más desapercibido por las técnicas de anti-aliasing y por el movimiento de la imagen, pero en estrategia, se nota que falta resolución.
El brillo, con sus 300 candelas, también se queda corto. No solo no llega a los estándares mínimos de DisplayHDR (400 nits), sino que en una habitación bien iluminada da la sensación de faltar un ''empujón'' de retroiluminación.
Fuera de esto, no hay ghosting, no hay parpadeo y, una vez configurado, la experiencia es muy buena, pese a que se echa en falta más resolución.
¿Cómo es trabajar en un monitor curvo VA?
Está claro que el AOC CQ32G1 es un monitor gaming, ya que tanto la tasa de Hz como la respuesta de 1 ms están pensados para disfrutar de los videojuegos, pero evidentemente no íbamos a dejar pasar la oportunidad de trabajar con él tanto en web como en edición de vídeo/fotografía.
Y, bueno, aquí es donde echamos de menos, en algunas ocasiones, tanto más resolución como la calidad de colores de una pantalla IPS. Hablando de lo primero, la QI (image quality) no es satisfactoria para ver textos, siendo los píxeles demasiado evidentes y ''viendo'' jaggies tanto en texto como en cualquier elemento de la pantalla.
Si nos alejamos, como podemos hacer al jugar con mando, por ejemplo, no hay problema en esto, pero cuando trabajamos con texto, los píxeles se distinguen perfectamente. Las 27'' son el límite para, a la distancia habitual de un monitor para trabajar, contar con resolución QH, y al tener una diagonal bastante mayor, habría sido ideal contar con resolución 4K.
Claro está, entramos en un dilema: si tenemos 4K, rara vez llegaremos a los 144 Hz sin contar con una RTX 2080/2080 Ti; con resolución QHD, sí es más fácil alcanzar esa tasa, pero la IQ disminuye.
Como os contamos hace unas líneas, la resolución no es un problema en la mayoría de juegos, por lo que, en este caso, hemos de decir que es acertada la elección por la resolución QHD, pero hemos de dejar claro que, en este tamaño, se notan los píxeles a la hora de editar texto y trabajar con imágenes.
Hablando de esto último, hemos de ir a la fidelidad de color. Tras un calibrado obligatorio al sacar el monitor de la caja, la reproducción de color mejora sobremanera y podemos trabajar en Photoshop sin problemas, pero echamos de menos la gama del IPS.
Por lo demás, trabajar en un monitor curvo 16:9 no es una experiencia tan envolvente como hacerlo en un 21:9, donde podemos poner tres escritorios sin problema que te ''rodean'', pero sí es una experiencia interesante, ya que enseguida te acostumbras, y te ''acomodas'' a que todos los puntos de la pantalla estén a la misma distancia de tus ojos, y ciertamente, es muy cómodo trabajar en un monitor de estas características.
Control de imagen y modos
Ya hemos hablado de la calibración, algo que se hace utilizando los botones que encontramos en la parte inferior derecha. Aunque no es un sistema nada intuitivo (un joystick, como en otros monitores, habría estado mejor), no es algo a lo que recurriremos demasiado, y tras unos ajustes iniciales de imagen e idioma, podemos ''pasar'' por completo de estos paneles.
A través de ellos, podemos seleccionar el modo de luz azul, si queremos encender o apagar el FreeSync y otros modos de imagen, pero lo más interesante son los modos de juego (que podemos configurar individualmente, y cambiar al vuelo durante la partida) y el puntero central del monitor y contador de frames por segundo.
El puntero central es un círculo rojo que podemos colocar en el centro de la pantalla y que resulta de gran ayuda para tener ubicado el centro en cada momento en un shooter en primera/tercera persona.
La otra ayuda adicional es un contador de frames por segundo que podemos colocar en cualquiera de las esquinas del monitor y que nos permite medir los fps sin recurrir a programas externos.
Por lo demás, lo más interesante son las mejoras que aporta el modo juego, cuando lo tenemos activo, para contar con el tiempo de respuesta de un milisegundo, así como el MBR (modo de motion blur reducido) para tener la mejor experiencia en cualquier tipo de género.
Como digo, es algo que no tocaremos demasiado, pero la primera configuración es algo tediosa por los controles.
Por el precio de un 27'', un buen monitor grande para jugar
Como decíamos al comienzo del análisis del AOC CQ32G1, de nada sirve tener un ordenador de última generación para jugar si el monitor no acompaña. Un buen monitor es esencial para disfrutar no solo de una mejor calidad de imagen, sino de una experiencia más satisfactoria gracias a una respuesta adecuada. Y, sin duda, este monitor curvo, cumple.
El monitor no es un componente que se cambie demasiado a menudo, por eso hay que elegir bien. Hay muchos parámetros que tener en cuenta, como el tipo de panel, si hay fugas de luz, los ángulos de visión, la respuesta, la tasa de refresco y tecnologías como el FreeSync. Es una inversión, y no nos imaginamos un jugador, del género que sea, que no esté contento tras hacerse con un monitor como el AOC CQ32G1.
144 Hz y 1 ms de tiempo de respuesta, en el modo juego, es algo espectacular cuando disfrutamos de shooters. Puede que no siempre vayamos a esa tasa de frames por segundo, porque hay juegos que, tanto por el motor como por nuestro hardware, son más proclives a llegar a esa elevada tasa, pero definitivamente, jugar a 144 Hz es una experiencia diferente y espectacular.
Es algo que se nota, sobre todo en shooters, pero si activamos el tiempo de respuesta de 1 ms en títulos como un hack and slash o un juego de coches, también notamos un cambio frente a monitores de 5 ms, por ejemplo.
Nos referimos a juegos como Devil May Cry 5, títulos en los que necesitamos realizar acciones casi ''pixel perfect'' para poder hacer combos de la mejor forma posible, y aunque nos hemos acostumbrado a jugar con una latencia bastante alta en consolas, cuando ''pillamos'' un monitor así, se nota.
La calidad de imagen también es muy buena, aunque hay que configurarla, ya que de fábrica viene algo saturada, y el radio de curvatura suple unos ángulos de visión que no son demasiado generosos. Eso sí, ni rastro de fugas de luz, al menos en el modelo analizado.
Claro que echamos en falta que se pueda regular la altura, algo más de brillo, y esa resolución QHD es algo escasa para las 31,5'', pero por lo que cuesta, tenemos uno de los mejores monitores gaming que podemos comprar en su rango de precio, tanto por calidad de imagen como por la respuesta.
AOC tiene mucha experiencia en monitores, y aunque este no es de su gama ''gaming'' más extrema, ofrece un gran rendimiento.
Nuestra valoración
Lo mejor
- Respuesta ideal para shooters
- Ángulos de visión
- Color
- Formato curvo, un acierto
Lo peor
- Falta resolución
- Brillo algo escaso
- Movimiento limitado del soporte
- Controles
Descubre más sobre Alejandro Alcolea Huertos, autor/a de este artículo.
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