Aunque los portátiles de Razer tardaron en aterrizar en España, parece que la compañía se ha puesto las pilas estos últimos meses y ya podemos decir que hemos completado la gama de 14 a 17 pulgadas.

Y es que, hace unos meses analizamos el Razer Blade 15, un espectacular portátil que podía con todo gracias a un hardware imponente. Nuestros compañeros de HobbyConsolas probaron el modelo de 14", mucho más portátil, y ahora vamos con este primer test del Razer Blade 17.

Se trata de un portátil espectacular con la última generación de SSD, de memoria RAM, de Nvidia y de Intel. Eso sí, antes de continuar y como te comento en la entradilla de este artículo, se trata de una versión que no es la final y los resultados podrían variar en el modelo que está a la venta:

Apartados de la prueba del Razer Blade 17:

• Diseño: líneas muy Apple para un diseño todoterreno
• Pantalla: una elección equilibrada con 240 Hz y QHD+ en un buen panel IPS
• Rendimiento: RTX 3080 Ti, RAM DDR5 y un SSD de última generación para que todo vuele
• Batería: en la media del segmento, pero con un ventilador para ella sola
• Teclado y touchpad: teclas con un perfil muy bajo y un touchpad enorme y preciso
• Conclusión: es el portátil más bestia que puedes comprar ahora mismo

Líneas muy Apple para un diseño todoterreno

Lo que tenemos aquí es un portátil que tiene exactamente el mismo diseño del Blade 15, pero evidentemente algo más grande debido a las 17" del panel.

En cuanto lo saques de la caja te darás cuenta del portátil tan premium que tienes entre manos gracias tanto a su diseño como a los materiales. De hecho, es como un MacBook, pero en color negro y con el logo de las tres serpientes que se ilumina en verde.

El aluminio es el material predominante en este equipo y es en el que está construido el chasis, la parte del teclado (excepto las teclas, claro), la tapa y la parte inferior, todo en un negro muy elegante y al que se le quedan bastante marcadas las huellas.

Me gusta que se abra la tapa con una sola mano y que tengamos un LED de estado en la parte frontal derecha. Esto nos indica si el portátil está en reposo y es uno de los detalles que más me han gustado siempre en un portátil.

Si damos la vuelta al equipo tenemos entradas de aire que dejan ver tres ventiladores, así como unas patillas generosas que permiten que se agarre con firmeza a la mesa.

La bisagra me parece que es de calidad, ocupando gran parte de la trasera y creo que vamos servidos de puertos. En este sentido tenemos hasta un HDMI 2.1 para aprovechar la RTX 3080 Ti y las pantallas de última generación y no tenemos ningún USB 2.0. 

Parece tontería tener que recordar esto en un portátil de más de 4.000 euros, pero es que es 2022 y siguen llegando equipos con esa interfaz...

Pero bueno, al final lo que tenemos es un equipo muy, muy premium por fuera que pesa sus 2,75 kg y que, teniendo en cuenta el tamaño, no me parece excesivo. 

Eso sí, no es un portátil cómodo de transportar en la mochila, ya que ocupa bastante espacio.

La pantalla es una elección equilibrada con 240 Hz y QHD+ en un buen panel IPS

Y cuando abrimos la tapa tenemos la enorme pantalla de 17,3" con unos biseles bastante cuidados que son delgaditos en los laterales y que en la parte superior es algo más ancho, algo justificado por la inclusión de micrófonos, una cámara FullHD y un sistema infrarrojo para Windows Hello.

No tenemos lector de huellas, algo que me habría encantado, pero la verdad es que Windows Hello funciona a la perfección. Y algo que me gusta es que la cámara no está nada mal, la verdad, siendo FullHD y teniendo una calidad más que digna para videollamadas.

Pero bueno, vamos con la pantalla, ya que es de los puntos fuertes de este equipo. Hay varias opciones disponibles a la hora de comprar el equipo: una 4K a 144 Hz, una 1.440p a 240 Hz y una FullHD a 320 Hz. Nosotros tenemos la opción intermedia y, creo, es la mejor elección.

Y lo es porque la densidad de píxeles en este tamaño es buena con esos 1.440p, pero de cara a rendimiento futuro, creo que un panel QHD te va a dar más alegrías que uno 4K. Y es que, podrás mantener por más años las características gráficas en ultra a 1.440p que a 4K.

Más allá de eso, el panel cuenta con una buena calibración y, además, unos buenos ángulos de visión. Los colores son vivos y juegos como God of War brillan con luz propia. El refresco de 240 Hz es ideal para cierto tipo de juegos y, hablando de brillo, tenemos una media de 398 luxes.

Para interiores es más que suficiente y vas a disfrutar de lo lindo consumiendo contenido en este panel que, además, tiene formato 16:9, por lo que si ves vídeos con este formato no tendrás bandas negras.

Como digo, me parece una muy buena pantalla, pero algo que también me ha encantado son los altavoces. 

Tenemos una configuración de 4 tweeters y 4 woofers que ofrecen potencia y, sobre todo, permiten subir el volumen sin que este distorsione ni moleste. 

Para trabajar con música o vídeos de fondo es espectacular porque suena muy, muy bien, pero para jugar te recomiendo auriculares porque los ventiladores hacen bastante ruido.

Además, algo que me gusta es que los altavoces aprovechan el espacio en el chasis para estar a los lados del teclado y no solo en la parte inferior. Con esto se mejora la proyección del sonido y su limpieza.

RTX 3080 Ti, RAM DDR5 y un SSD de última generación para que todo vuele

En el interior tenemos algunos de los mejores componentes que podemos encontrar en un portátil en estos momentos.

El procesador es el Intel Core i7-12800H, un procesador de 14 núcleos en el que 6 son de alto rendimiento, llegando a una frecuencia de 4,8 GHz, y otros 8 de mayor eficiencia energética a 3,7 GHz.

Está acompañado por la RTX 3080 Ti con 16 GB de memoria GDDR6, una auténtica pasada para poder cargar texturas de juego en altísima definición y por 32 GB de memoria RAM DDR5 a 4.800 MHz.

Es un portátil para todo que vas a poder utilizar para jugar, pero también para editar vídeo 4K sin ningún problema gracias tanto a la potencia de los componentes como a la velocidad del SSD, un PCIe 4 con unas velocidades de lectura de 6.938,52 MB/s y una escritura de 4.644,89 MB/s. Este almacenamiento se puede extraer y ampliar, ya que hay dos slots y solo uno está ocupado.

Cuenta con Windows 11 preinstalado y la experiencia, como te puedes imaginar, ha sido perfecta en nuestras pruebas tanto con programas de edición de foto y vídeo (Capture One y DaVinci) como en el resto de apps gracias a la velocidad del SSD.

Ahora bien, como siempre señalamos, cuando tenemos un hardware como este nos gusta probar los juegos al máximo tanto en calidad gráfica como en resolución, aunque sea una unidad de prototipo como esta.

Así, todos los juegos de nuestro banco de pruebas se han probado con sus características gráficas en ultra y con la resolución nativa del panel. De nuevo, aunque he querido hacer estas pruebas porque el hardware es una bestia, en la versión final los resultados pueden variar al ser este un prototipo.

El resultado es espectacular, pero sobre todo en algunos títulos que ofrecen características muy avanzadas. Control es uno de ellos, siendo una prueba de fuego para cualquier equipo al contar con una de las configuraciones gráficas más exigentes.

Con ray tracing activado al máximo y DLSS tenemos una muy buena tasa de frames por segundo. 

Y lo mismo puedo decir de otros dos titanes como God of War, que se ve espectacular en esta pantalla, y un Cyberpunk 2077 que no es el que mejor optimizado está, pero que también nos permite disfrutar de los gráficos al máximo. Eso sí, en este caso prefiero bajar el nivel del ray tracing a "ultra" en lugar de en "demencial" para poder tener una mayor tasa de frames por segundo.

Al final, vas a poder jugar a todos los juegos actuales en sus configuraciones visuales más altas sin que sufras por los frames por segundo y lo mejor es que este hardware te está garantizando un muy buen nivel durante años.

Es cierto que puede que tengas que bajar parámetros o resolución para jugar a los títulos más exigentes de dentro de un par de años, pero se seguirán viendo bien con una buena tasa de frames.

Eso sí, estamos ante un equipo bastante ruidoso y, aunque sus altavoces son de mucha calidad, en juegos vas a tener que ponerte auriculares si quieres disfrutar al máximo. Los tres ventiladores soplan de lo lindo para intentar mantener las temperaturas a raya.

Además de los ventiladores, tenemos un generoso disipador de cobre con cámara de vapor y lo cierto es que las temperaturas de la GPU se mantienen muy bien, mejor de lo esperado, mientras que la CPU sigue llegando, en algunos casos muy puntuales, a los 100º. 

Aquí más que Razer... es Intel la que tiene el "problema", pero en general vemos temperaturas de CPU más bajos que en otros portátiles, lo que habla bien de la solución de Razer.

No he sufrido estrangulamiento térmico y sí, los procesadores de Intel son calentitos, así que no te asustes si te da por hacer una medición y te encuentras esa cifra.

Batería en la media del segmento, pero con un ventilador para ella sola

Tenemos una muy buena pantalla de alta resolución y gran refresco, un hardware tan potente como exigente con la autonomía y, evidentemente, eso es lo que más se resiente en otro equipo.

Tenemos una batería de 5.329 mAh que cuenta con una potencia de 82 Wh y que tiene un diseño bastante interesante, ya que está partida por la mitad con un ventilador entre medias. 

Este ventilador recoge aire fresco de la parte inferior y lo pasa a la parte interna, siendo los otros dos ventiladores traseros los que expulsan el aire caliente de GPU y CPU. Es curioso cuanto menos.

Pero bueno, si hablamos de autonomía, tenemos para unas dos horas y media trabajando en el modo equilibrado y para unos 50 minutos jugando lejos del enchufe.

Pero, como te digo, no dejamos de tener una pantalla grande, un Intel Core que necesita entre 45 W y 115 W y una RTX 3080 Ti que también consume lo suyo, así que es lo esperado.

Por cierto, Windows 11 y Optimus trabajan muy bien adaptándose a la GPU que necesita el equipo. Cuando es necesaria GPU discreta se activa sin problema y lo mismo cuando la que se necesita es la integrada.

Teclas con un perfil muy bajo y un touchpad enorme y preciso

Ya has ido viendo en las fotos que el teclado parece algo pequeño y, realmente, no es el más generoso que hemos tenido recientemente, pero no es pequeño. Las teclas están algo juntas y no tenemos el formato tradicional con la tecla intro de dos filas, pero me parece un teclado cómodo cuando te acostumbras.

Y digo esto de "cuando te acostumbras" porque hay mucho aire alrededor con ese touchpad enorme, los altavoces en los laterales y la parte superior antes de la bisagra. Por eso parece que el teclado es pequeño y, al menos los primeros días, colocaba mal las manos, pero en cuanto te acostumbres vas a escribir como siempre.

Me parece que el tacto de las teclas es correcto y debes tener en cuenta que el recorrido es corto, pero me parece un buen teclado para shooters como Apex Legends y Overwatch y, además, es RGB con las características de Razer Synapse.

Esto significa que, dependiendo de si el juego es compatible, el color del teclado se adaptará. Si en Overwatch controlas a McCree, las teclas se pintan de naranja, mientras que si controlas a D.Va pasan a un color morado.

Una pega que ponía a los teclados de Razer era que las teclas de función no se iluminaban cuando lo necesitábamos, ya que era una pegatina. Ahora, si pulsamos la tecla Fn tenemos iluminadas las funciones correspondientes, algo que nos facilita las cosas.

Y el touchpad me parece espectacular y de los mejores que se pueden implementar en un portátil con Windows. Sigue sin ser háptico y solo la mitad inferior se puede presionar, pero es preciso, tiene un muy buen tamaño y responde genial a los gestos de Windows 11. 

Es el portátil más bestia que puedes comprar ahora mismo

Como te he ido contando en esta prueba del prototipo del Razer Blade 17, estamos ante un portátil que es una auténtica locura tanto en componentes como en rendimiento actual y en perspectiva de rendimiento a lo largo de los años.

Tenemos un chasis elegante y construido en aluminio que va servido en lo que a puertos se refiere, una gran y brillante pantalla de alta resolución y refresco y un hardware que puede con lo que sea actualmente en ultra y con una muy buena tasa de fps.

El teclado y el touchpad me gustan y tenemos un muy buen sistema de sonido siempre que no estemos jugando, claro, porque ahí los ventiladores hacen bastante ruido y no vamos a poder disfrutar como se debe.

Y todo esto, evidentemente, hay que pagarlo. El modelo que hemos probado nosotros cuesta, exactamente, 4.299,99 euros. Es caro, carísimo, sí, y me vas a decir que por ese precio tienes una torre y un portátil normal, pero al final estos portátiles son para usos concretos.

Razer Blade 17

El Razer Blade 17 es un portátil con una pantalla de 17,3" que cuenta con el último hardware como memorias DDR5, un SSD PCIe 4, Intel Core de duodécima generación y una espectacular gráfica RTX.

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Y es que, si te apasionan los videojuegos y quieres lo mejor en formato portátil para jugar donde quieras (siempre que lleves el cargador en la mochila), un portátil gaming es la única solución. Y, además de para jugar, es una espectacular estación de trabajo para personas que se dediquen a la edición de vídeo.

De nuevo: entiendo que es caro, carísimo, pero tenemos el último hardware, una muy buena pantalla y un diseño TOP (además del extra de Razer, que también cuenta), y eso hay que pagarlo.