Los teclados mecánicos no son ni mucho menos algo nuevo, pero viven una segunda juventud ahora que mucha gente los está recuperando por varios motivos, sobre todo por el gusto por el sonido de sus teclas, que nada tiene que ver con el de los teclados mixtos o los de membrana.

No solo es eso, sino que además en el sector gaming tienen la ventaja de mejorar el tiempo de respuesta, ya que se activan con una levísima pulsación. Si te dedicas a escribir, hay más: son mucho mejores y más respetuosos con tus articulaciones, así que no está de más tener uno si tecleas decenas de miles de veces al día.

Hay muchísimos teclados mecánicos a la venta de prácticamente todas las marcas del sector de la informática, pero sí que es verdad que suelen ser teclados gaming, y eso normalmente significa una cosa: luces de colores RGB, algunas teclas dedicadas a macros y similares y un diseño extravagante.

Razer Pro Type Ultra

El Razer Pro Type Ultra es un teclado mecánico ideal para trabajar en casa o la oficina gracias a sus switches amarillos "silenciosos" y a su factor de forma con reposamuñecas integrado.

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Sin embargo, la buena noticia es que marcas que también tienen pie y medio en el sector gaming se han dado cuenta de que hay mercado en los que preferimos un teclado mecánico más discreto, y por eso tienen a la venta el Razer Pro Type Ultra, cuyo precio es ya bastante inferior a los 200 euros que costaba y que indudablemente y tras probarlo a fondo es una muy buena opción.

Trabajo escribiendo muchos miles de palabras al día, así que en esto de teclear soy todo un experto, de ahí que me haya resultado interesante hacer esta prueba a nivel profesional y también personal,

Hay algunas cosas que me han gustado bastante, pero hay otras que no tanto, aunque en líneas generales diría que si el diseño realmente te importa es seguramente una de las mejores compras que puedas hacer, aunque su precio es notablemente más elevado que el de un teclado mecánico convencional.

1. Un diseño que da verdadera paz
2. Viene con un extra que me ha encantado
3. Teclas de perfil alto a las que hay que acostumbrarse
4. Conectividad Bluetooth y 2,4 GHz
5. La autonomía es mejorable, sobre todo para un profesional
6. Conclusión: la estética hay que pagarla

Cero luces de colores, por fin

A lo largo de mi vida he tenido muchos teclados, y algunos de ellos eran gaming, mecánicos o no. Por el motivo que sea, las marcas que hacen esos teclados siempre o casi siempre incluyen luces RGB de colorines.

En este caso no es así, y no saben cómo se agradece. Será que uno se va haciendo mayor o que simplemente está harto de tener una luz que cambia de color en su teclado. Por lo que sea, tenía interés en probar un teclado mecánico que pudiera tener en mi espacio de trabajo con otro tipo de diseño.

El Razer Pro Type Ultra tiene luces, sí, pero son de color blanca. La puedes apagar por completo o ir modulando en intensidad, faltaría más, pero son blancas al fin y al cabo.

El resto del diseño va exactamente en la misma línea, con acabados en metal –aluminio– en color gris y en más blanco, y eso hace que la paz sea conmigo mientras trabajo, ya que en el plano personal y puramente subjetivo soy amante del minimalismo.

Hay un problema con los accesorios de color blanco, ya sean teclados o mandos de consola, y es la suciedad, que ase acumula rápidamente y resalta bastante más de lo que lo haría sobre otros colores, pero aquí sí hay algo que añadir desde mi experiencia de varios meses probado el teclado de Razer, y es que no ha acumulado demasiadas manchas por uso.

Sí que se acumulan polvo y partículas entre las teclas, pero eso es algo habitual en todos los teclados y más aún en uno mecánico –por la altura de las teclas– pero puedes limpiarlo fácilmente con una brocha en cuestión de minutos.

Es un auténtico mastodonte, pero tiene sus ventajas

El peso sí puede llegar a ser un auténtico problema, ya que pesa más de 1 kg, y se nota nada más intentar moverlo de un lado a otro del teclado, que su peso es muy superior al de cualquier otro modelo que he probado hasta ahora.

¿Por qué pesa tanto? Para empezar porque es un teclado muy alto, pero es que además va un poco a contracorriente de un sector en el que la moda son los compactos de 60%. El Pro Type tiene teclado numérico y, para los que estamos chapados a la antigua, es un regalo.

También incluye teclas multimedia que sirven para controlar la reproducción, y las he usado de forma recurrente tanto en Windows como en macOS sin ningún tipo de problema de compatibilidad, aunque en el Mac Mini que uso para trabajar sí he tenido que remapear la tecla comando en los ajustes.

El reposamuñecas vale su peso en oro

Uno de los accesorios que vienen incluidos en el pack con el Razer Pro Type es el reposamuñecas, y aquí sí que tengo que decir que me ha entusiasmado de principio a fin, y eso que había probado antes varios sin ningún éxito.

Tiene la altura perfecta, no se mueve y la superficie cuenta con la textura ideal para trabajar cómodamente con él en el día a día. Vamos, que si tuviera que pagar por el reposamuñecas que Razer regala con el Pro Type Ultra, lo haría sin dudar.

No engaño a nadie si digo que probablemente me ha gustado incluso más que el teclado, aunque puede ser también una cuestión de expectativas, ya que como he mencionado antes, he probado varias alternativas antes y ninguna me ha añadido un ápice más de comodidad.

Interruptores amarillos y teclas altas: hay que hacer la transición

En los últimos 2-3 años vengo trabajando con el Logitech MX Keys, con el que estoy muy satisfecho, pero que no tiene absolutamente nada que ver con un teclado mecánico, nada de nada. Tiene teclas bajas y de cortísimo recorrido, y es cuestión de gustos ya si prefieres una u otra opción, aunque a mí me gustan las dos.

Dicho esto, el estar ya acostumbrado al corto recorrido ha hecho que las teclas de perfil alto del Razer Pro Type Ultra me hayan costado al principio, con multitud de errores en los primeros días que tenía que corregir sobre la marcha.

Se entiende que si vienes de otro teclado mecánico esto no sucederá, pero hay que advertir de que si vas a transicionar ahora a un teclado de esta clase desde uno convencional...hazte a la idea de pasar algunas semanas adaptándote.

Una vez que lo haces, es bastante fácil acomodarse, y es lo que tienen los mecánicos, que una vez que los pruebas ya no los puedes dejar, o te descubres de repente pensando en comprar uno nuevo, sobre todo por el placer que da el sonido ASMR de sus teclas independientemente del interruptor que usen.

En este caso la apuesta de Razer es por switches amarillos, que suenan como deben sonar, pero que son algo, solo algo, más silenciosos que unos marrones, rojos y sobre todo que los azules. La sensación clicky está ahí, pero no de forma tan pronunciada como en otros teclados que he probado, y el recorrido de las teclas es uniforme y suave de principio a fin, y eso para alguien que teclea muy fuerte como yo está genial.

Aquí se entiende que la marca ha preferido ser conservadora y no hacer un teclado mecánico que pueda espantar a los usuarios que están menos acostumbrados a ellos o a los que los prueban por primera vez, y probablemente sea un acierto, aunque si buscas una experiencia radical será mejor que busques un modelo con interruptores de otra clase.

La conexión de 2,4 GHz es la más cómoda y confiable

Tienes tres opciones para conectar este teclado a tu ordenador: el cable –que también sirve para cargar tu batería–, el Bluetooth o la conexión de 2,4 GHz, que requiere usar el stick USB que viene en la caja.

Este último método tiene una ventaja principal, y es que reduce la latencia y las interferencias al usar la frecuencia de 2,4 GHz, pero te ata también a un USB que solo puedes usar en un dispositivo.

El Bluetooth es mucho más flexible pero también más dado a problemas de conexión con ciertos PC, así que he optado durante casi todo el tiempo que he podido probarlo por lo más novedoso, que el 2,4 GHz.

No hay que modificar ningún tipo de ajuste en el ordenador donde lo conectas, simplemente enchufar a un USB A el dongle que viene y listo, conectado hasta próximo aviso.

Unos diez días de batería: suficiente pero mejorable

La autonomía de batería es una de las cosas que menos me ha gustado de la prueba del Razer Pro Type Ultra, sin llegar a ser un factor que elimine por completo la buena recomendación que se merece, y es que con las luces blancas funcionando al 100% y usando la conexión de 2,4 GHz he calculado una autonomía real de aproximadamente diez días usándolo para trabajar.

Cierto es que son muchas horas de funcionamiento y mucha caña todos los días, pero es que se trata de un teclado profesional que debe estar preparado para eso y para mucho más, de ahí que diez días me hayan sabido a poquísimo.

Por ponerlo en contexto, el modelo que uso habitualmente, el Logitech MX Keys, tiene una batería que ni tan siquiera sé cuánto dura, porque no he tenido que preocuparme nunca por cargarlo demasiado a menudo.

Quizás, si Razer en algún momento crea una nueva versión de este teclado, sea una de las cosas que debe mejorar de forma prioritaria.

Conclusión: la estética es lo que pesa y quizás merezca la pena

Como persona que se gana la vida escribiendo desde hace ya muchos años, el teclado es prácticamente una extensión de mis dedos, y si es mecánico sé que me ayudará bastante a largo plazo.

Dentro del sector, como he mencionado muchas veces, hay un monocultivo de modelos gaming que resulta bastante molesto para gente como yo, así que estoy dispuesto a pagar de más por un modelo que, como el Razer Pro Type Ultra, prescinda de luces raras.

Es su principal fuerte, pero no es el único, aunque sí que es cierto que se diferencia bastante poco en cuanto a características reales, sobre el terreno, de otros modelos mecánicos que son mucho más baratos.

Cierto es que poco a poco ha ido bajando de precio y eso hace que ya esté en un rango en el que merece la pena hacer el esfuerzo si para ti la estética lo es todo, pero quizás para futuras ediciones sería deseable que se mejore la autonomía de batería para terminar de darle el gran salto cualitativo de cara a los profesionales del teclado.