Hackers consiguen espiar usando el sensor de luz del móvil
- El sensor ambiental del móvil solo sirve para medir la cantidad de luz, pero puede utilizarse para capturar imágenes.
- Los investigadores hacen algunas recomendaciones para reducir riesgos.
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Un simple sensor ambiental es suficiente para espiar nuestros movimientos. No tiene cámara, pero la luz captada se puede transformar en imagen. Es lo que han conseguido investigadores del MIT.
El sensor de luz de los móviles, tablets, y otros dispositivos portátiles, detecta la cantidad de luz ambiental, y en función de ella ajusta el brillo de la pantalla. No tiene ningún tipo de cámara, pero un hacker puede usarlo para capturar imágenes, aunque con ciertas limitaciones.
El problema de los sensores ambientales es que, al contrario que la cámara o el micrófono, normalmente no existe una opción para desactivarlos, siempre funcionan por defecto.
Así se hackea el sensor de luz para espiar
Un sensor ambiental solo es capaz de capturar la variación de luz alrededor del dispositivo. Pero lo que nuestros ojos ven en realidad es únicamente luz que se refleja en los objetos, así que un hacker puede usar este sensor para recopilar dichas variantes lumínicas, y convertirlas en una imagen.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha hackeado este sensor y se ha dedicado a espiar en distintas condiciones de luz, usando un maniquí, una mano de cartón, y otros elementos:
Como se ve la foto, utilizando un software que convierte las variaciones de luz en imágenes, se capta perfectamente la mano. Podría usarse, además de para espionaje, para desvelar una contraseña, en función de la posición del dedo en el teclado.
De momento el software de captura de imágenes no es muy funcional, ya que solo puede convertir una imagen en tiempo real cada 3,3 minutos, así que mucho no se puede espiar. Pero entrenando a una IA se podría mejorar las imágenes, y acelerar el proceso.
Estos investigadores del MIT aconsejan a los fabricantes que añadan una opción para desactivar el sensor ambiental, como existe con la cámara o el micrófono, y que no lo coloquen en el frontal del móvil, sino en un lateral.
La posibilidad de espiar a través del sensor de luz de los móviles es real. Hay que tener cuidado si lo usamos para tareas críticas.
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