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¿Estás preparado para que tu jefe escanee tus ondas cerebrales en el trabajo? Ya está aquí

Algunas empresas ya trabajan en dispositivos para leer las ondas cerebrales de los empleados, y aumentar el rendimiento

IEEE Spectrum

Si te sientes incómodo por la cantidad de datos que tu empresa recopila de tí, esperar a ver lo que se avecina... 

Compañías como la israelí InnerEye o Emotiv, ya tienen listos dispositivos para leer las ondas cerebrales de los empleados con el objetivo de mejorar el rendimiento, o medir los niveles de estrés o concentración. Gran Hermano llevado al extremo.

Hay que dejar claro que leer las ondas cerebrales no es lo mismo que leer los pensamientos. Eso no se puede hacer (por ahora). La lectura de las ondas cerebrales, a través de los electroencefalogramas, se lleva haciendo desde hace más de un siglo.

Pero hasta ahora, se necesitaban complejos y caros cascos con docenas de ventosas que debían distribuirse por la cabeza. La compañía InnerEye trabaja con un pequeño casco con 8 ventosas similar a unos auriculares de diadema, mientras que Emotiv emplea unos sencillos auriculares in-ear con dos contactos. Y tienen un arma secreta: la inteligencia artificial.

Son sencillos de colocar, no molestan, y son baratos. Listos para venderse en millares de unidades, tal como explica la web IEEE Spectrum.

InnerEye, un casco neural para aumenta el rendimiento

Esta compañía israelí se centra en el aumento del rendimiento. Con su casco conectado al cerebro, un empleado puede visionar hasta 3 imágenes por segundo en busca de explosivos, fallos en la fabricación de una cadena de montaje, o cualquier objeto con el que se entrene al sujeto

Lo que aporta InnerEye es que, cuando el cerebro detecta una anomalía, por ejemplo una pistola en una maleta del aeropuerto, cambia su onda cerebral y el casco lo detecta, emitiendo una orden de alarma. Esto es mucho más rápido que si el empleado tiene que coger el ratón y tocar un botón de ordenador.

Literalmente, el empleado no tiene que hacer nada: solo observar durante 20 minutos tres imágenes por segundo. Si el cerebro detecta algo extraño, el casco se encarga de procesar la orden. Puedes verlo en este vídeo:

Parece ilógico tener a una persona mirando una pantalla de forma continua, sin hacer nada, cuando hoy en día este trabajo puede hacerlo una inteligencia artificial.

InnerEye argumenta que el cerebro humano es mucho más perfecto que cualquier IA, comete menos errores y trabaja más rápido. Además, esto también sirve para entrenar mejor a una IA.

Emotiv mide el estrés y la concentración

Emotiv es una compañía estadounidense que emplea unos auriculares in-ear especiales para medir dos tipos de ondas cerebrales: las que generan el estrés y la concentración.

Normalmente se necesitarían más sensores, pero Emotiv emplea la inteligencia artificial para interpretar estas mediciones, y medir en tiempo real el nivel de estrés y concentración de los empleados.

Lector de ondas cerebrales

Según la compañía, estos datos son muy útiles para las empresas, porque pueden saber qué nivel de estrés generan en los empleados ciertas tareas. O si se detecta un estrés muy alto, se puede dar descanso a ese empleado, o atención médica.

Pero también mide el nivel de concentración, y eso podría dar pie a catalogar a los empleados según el tiempo que pasen concentrados, es decir, más atentos a su trabajo, e incluso despedir a aquellos que no se concentran lo suficiente.

Emotiv asegura que su software está diseñado para recopilar estos datos de forma anómina. Pero estamos seguros que muchas empresas romperían ese anonimato, incluso de forma ilegal.

Es el gran peligro de este tipo de dispositivos. Que al final acaban convirtiéndose en herramientas de represión y control, otorgando un gran poder a los jefes: la capacidad de leer el estado metal de sus trabajadores, subiendo una escala el nivel de intromisión en la privacidad de las personas. Y quien dice empresas, dice gobiernos u otras fuentes de poder.

No estamos hablando de prototipos o teorías. Estos dispositivos ya están terminados, listos para comercializarse, cuando la legislación lo permita. La posibilidad de que las empresas puedan leer las ondas cerebrales de sus empleados para mejorar su rendimiento, el estrés, o despedir a los que no se concentran, ya está aquí. ¿Estamos preparados para ello?

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