El futuro de la realidad virtual parece estar enfocado a ser más inmersivo y, sobre todo, sensorial. A lo largo de los últimos años hemos visto el lanzamiento de una serie de propuestas que pretenden integrar en la realidad virtual otros sentidos aparte de la vista y el sonido como lo que se ha desarrollado de la mano de la Universidad de Beihang.

Esta universidad se encuentra en Hong Kong y acaba de publicar en Nature Communications un paper en el que hablan en detalle de esta nueva propuesta para llevar los olores a la realidad virtual. Pese a que es una propuesta interesante, lo que se ha podido ver son más que nada un prototipo de lo que se está desarrollando.

La propuesta se compone por un wearable que se pega directamente a la zona que se encuentra justo debajo de las fonas nasales, se adhiere a la piel y, por lo tanto, habrá que ver el tipo de pegamento o instrumento que se utiliza para ser pegado. Además, por el momento tiene un diseño bastante aparatoso.

El segundo elemento de esta propuesta es una máscara que, por el momento, tiene un diseño que utiliza material suave. Esta máscara cuenta con sensores, al igual que lo que se coloca bajo la nariz, la combinación de ambos elementos permite los diferentes olores de forma automática en el momento que sea necesario.

Oler en la realidad virtual es el siguiente paso para la completa inmersión

Los sensores integrados en el dispositivo permiten que los olores sean sincronizados con la experiencia de realidad virtual, lo que significa que los usuarios pueden oler los mismos olores que aparecen en la simulación. Aunque el dispositivo se encuentra actualmente en fase de prototipo, los creadores esperan que pueda ser utilizado en una variedad de aplicaciones, desde la educación hasta los videojuegos.

Por ejemplo, un usuario podría utilizar el dispositivo mientras explora un museo virtual, permitiéndole oler las fragancias de una exposición de flores o de una cocina de época. De manera similar, un videojuego de aventuras podría utilizar el dispositivo para hacer que el usuario sienta los olores de una selva tropical o de una ciudad en llamas.

Sin embargo, la tecnología no está exenta de desafíos. Una de las mayores preocupaciones es el potencial de irritación o alergias en algunos usuarios, especialmente aquellos con problemas respiratorios. Además, el dispositivo podría requerir una limpieza regular para evitar la acumulación de bacterias y otros contaminantes.