Las neveras y los frigoríficos son electrodomésticos esenciales en cualquier hogar. La principal función es mantener los alimentos frescos al reducir la temperatura interna del compartimento. Esto ayuda a prevenir la proliferación de microorganismos que causan la descomposición de los alimentos y, por lo tanto, su pérdida.

Al ser equipos que se encuentran en casi todos los hogares, su importancia es máxima. Pero no solo son equipos que hacen acto de presencia, también son electrodomésticos que están conectados a la corriente eléctrica en todo momento. Teniendo en cuenta los precios de la electricidad es importante hablar de eficiencia.

De un tiempo a esta parte, tanto las neveras como los frigoríficos han conseguido reducir su consumo en los hogares aplicando diferentes técnicas de eficiencia. Pero estas técnicas no bastan, se necesitan avances que aseguren que su funcionamiento genera un menor consumo y, además, que consiguen mantener los alimentos conservados durante más tiempo.

Esta situación ha hecho que los investigadores del Berkeley Lab y del MIT trabajen mano a mano para conseguir desarrollar un sistema que permita conseguir que las neveras tengan un menor consumo y, además, la temperatura sea todavía más baja y, por lo tanto, esto favorecería a la conservación de los alimentos.

Bekeley y el MIT tendrían el invento perfecto para hacer que las neveras consuman menos

Lo que han desarrollado es un nuevo método de calefacción y refrigeración que ha sido bautizado como “enfriamiento ionocalórico”. Este innovador a la par que eficiente nuevo método hace uso de la forma en la que la energía, en este caso calor, se almacena o libera en el momento en el que un material cambia de fase.

Al pasar de sólido a líquido, el material absorbe calor del entorno; mientras que al pasar de líquido a sólido el material libera este calor al entorno. El ciclo ionocalórico lo que hace es acelerar estos cambios de fase mediante la utilización de un flujo de iones que, en este caso concreto, se obtienen de la sal que se encuentra en todos los hogares.

Este nuevo método conseguiría reducir la temperatura hasta 25 grados Celsius en cuestión de minutos lo que haría que los frigoríficos necesitasen menos electricidad para funcionar, lo mismo ocurriría con las neveras. Pero esto no es todo ya que se pondría en jaque la utilización de hidrofluorocarbonos o HFC que abundan en las neveras y son perjudiciales para el medio ambiente.