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El telescopio James Webb revela un exoplaneta con unas condiciones insólitas

  • Un nuevo estudio confirma lo extraño de uno exoplaneta estudiado en profundidad por el telescopio James Webb, y que pone de manifiesto cómo son otros mundos distantes. 
El telescopio James Webb revela un exoplaneta con unas condiciones insólitas
Foto del redactor Enrique Luque de GregorioFoto del redactor Enrique Luque de Gregorio

¿Eres capaz de imaginar un mundo en el que el cielo siempre mostrase un amanecer perpetuo o un atardecer interminable? 

Algo similar es en lo que ha centrado sus esfuerzos el popular telescopio James Webb que, en su continuo intento por encontrar y mostrar otros mundos, ha puesto esta vez su lupa la búsqueda de un exoplaneta muy diferente.

Básicamente, su trabajo ha consistido en confirmar lo que la teoría de los astrónomos ya predijo hace un tiempo: la posibilidad de un planeta que presentara sensibles diferencias entre su atmósfera de mañana eterna y su atmósfera de tarde eterna. En realidad, se trata de una investigación que marca un antes y un después en la exploración espacial: nunca se había visto nada parecido.

Un exoplaneta de condiciones singulares

Por lo general, cuando se escucha el término de exoplaneta se piensa en un mundo muy lejano, sí, pero con ciertas semejanzas a la Tierra. Es natural, puesto que lo más común es que el telescopio James Webb se utilice con ese fin: encontrar alternativas hipotéticas a la Tierra para que la humanidad tuviese la oportunidad de “mudarse” de contar con la tecnología necesaria para ello.

Sin embargo, no siempre es así. Y si algo ha demostrado el universo, es que las condiciones a las que habitualmente estamos acostumbrados en la Tierra no tienen por qué ser, ni mucho menos, las habituales. Una prueba de ello es el fascinante exoplaneta WASP-39 b, que ha protagonizado una de las más recientes tareas de observación del telescopio James Webb. 

La propia NASA lo describe de esta manera: “se trata de un planeta gigante con un diámetro 1.3 veces mayor que Júpiter, pero con una masa similar a la de Saturno, que orbita una estrella a unos 700 años luz de la Tierra”. Además, desde la agencia espacial señalan que el lugar en cuestión está permanentemente “bloqueado por mareas con su estrella madre”.

¿Qué quiere decir esto exactamente? Pues que al contrario de lo que sucede en la Tierra, WASP-39 b tiene un lado diurno constante y un lado nocturno constante. Una de las caras del planeta, por así llamarlas, siempre está expuesta a su estrella, mientras que la otra está siempre próxima a la oscuridad, experimentando lo que podría considerarse como algo parecido a un atardecer infinito. 

Fuente: NASA
Fuente: NASA

NASA

Las diferencias más extremas

Utilizando el espectrógrafo de infrarrojo cercano que incorpora el telescopio James Webb, los astrónomos han tenido la oportunidad de confirmar la impresionante diferencia entre la temperatura de la mañana eterna y la tarde eterna que se viven en WASP-39 b.

Según los resultados obtenidos, lo que podría considerarse la tarde resulta más caliente por nada más y nada menos que 300 grados Fahrenheit (lo que vendría a equivaler a aproximadamente unos 200 grados Celsius). 

También encontraron evidencia de diferentes coberturas de nubes, siendo la parte de la mañana eterna del planeta probablemente más nublada que la tarde y demostrando que, en efecto, dentro de un mismo exoplaneta pueden presentarse prácticamente mundos muy distintos entre sí. 

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Etiquetas: astronomía