La veterana sonda Voyager 1 de la NASA, con sus 46 años en acción, está pasando unos días algo complejos. Aunque puede recibir instrucciones, está teniendo problemas para enviar datos científicos y de sistemas a la Tierra debido a un fallo en su Sistema de Datos de Vuelo (FDS).

El FDS debería recopilar información y enviarla mediante la Unidad de Telecomunicaciones (TMU), pero últimamente, en lugar de datos útiles, está enviando un patrón repetitivo de unos y ceros. 

Lo realmente complicado de toda esta situación radica en la lo lejos que realmente se encuentra. Para que te hagas una idea, la comunicación con la Voyager 1 toma 45 horas para una transmisión de ida y vuelta, convirtiendo cualquier intento de solución en toda una maratón. 

Además, el enfoque para resolver este problema no puede ser tan simple como reiniciar el sistema, algo que incluso han probado, ya que la tecnología y el hardware de la Voyager 1 datan de la década de 1970. La NASA actualmente se encuentra en un problema de difícil solución y explica que tratará de ponerle solución en las próximas semanas.

El Curiosity de la NASA, más de una década para hacer una actualización de software de 22 MB

No para de enviar un patrón repetido de unos y ceros y encontrar una solución se convierte en una tarea titánica

Con 46 años en servicio y una distancia de más de 24.000 millones de kilómetros de la Tierra, la Voyager 1, junto con su gemela la Voyager 2, ha superado todas las expectativas al convertirse en la nave espacial más alejada de este planeta y en una de las misiones más antiguas de la historia espacial.

Sin embargo, esta no es la primera vez que la sonda se enfrenta a problemas. En mayo de 2022, surgieron complicaciones con el sistema de control y articulación de actitud (AACS), generando datos de telemetría sin sentido durante meses. En octubre de 2023, se implementó un parche de software para resolverlo y prevenir la acumulación de residuos en los propulsores. 

Sin embargo, estas soluciones no son tan sencillas como podría ser en un ordenador, ya que el equipo de la NASA debe consultar en documentos originales de hace demasiados años, escritos por ingenieros que lógicamente no podrían anticipar los problemas que vendrían casi 50 años después. 

Ahora toca esperar y ver qué nueva solución toma la NASA para dejar de nuevo operativa esta mítica sonda y así seguir manteniendo viva esta misión.