¿Alguna vez te has sentido abrumado o abrumada por la cantidad de correos no deseados que inundan tu bandeja de entrada? Si la respuesta es sí, ya somos dos. 

Teniendo en cuenta, primero, el uso que actualmente le damos al correo electrónico y, segundo, que muchos de nosotros lo usamos como parte de nuestro trabajo, eso de que el spam inunde tu Gmail es cansado.

Eso sin comentar el hecho de recibir un correo de algún tema que te interesa y finalmente que se acabe perdiendo y tú olvidándote de él porque simplemente se ha movido a la posición 15 o 20 de tu bandeja de entrada. Y todo por la gran cantidad de spam que uno recibe al día.

Así como yo he ido limpiando mi bandeja de entrada de Gmail y ahora está "limpia" de spam

Al final no todos esos correos son estafas y si eres un usuario habitual de Internet, haciendo compras online, suscribiéndote a newsletters u otros servicios, lo normal es que te acaben avasallando con publicidad. En algunas ocasiones sí que es cierto que no solo es una molestia tener que lidiar con todos estos correos no deseados, sino que también representa un riesgo para la seguridad en línea.

Es por todo esto que durante ya algunos años he ido poco a poco "limpiando" por así decirlo mi Gmail de todo este tipo de correos y, como compartir es vivir, quiero dejarte algunos trucos que yo he usado y que realmente funcionan.

Revisar y limpiar tu bandeja de entrada: un hábito importante

Aunque Gmail hace un buen trabajo al filtrar automáticamente el correo no deseado en la carpeta de spam, no funciona así con servicios que son legítimos, pero igualmente molestos.

He ido con los años estableciendo como hábito revisar regularmente la bandeja de entrada y limpiar cualquier correo publicitario que me apetezca enviar a la carpeta de spam. Es tan simple como buscar ese servicio que constantemente te manda publicidad —puedes usar la barra que está arriba en la app para ello— y con dos simples gestos enviar esos correo directamente a otra carpeta.

También puedes directamente bloquear todo lo que provenga del mismo correo y así evitar que directamente ya no manden más información que realmente no te interesa. 

Al hacer esto al final te aseguras de que los correos verdaderamente importantes no acaben en la segunda página, aunque te lo hayan enviado el mismo día y quieras que no, es bastante saludable a nivel mental ver tu bandeja de entrada limpia.

Ser selectiva con las suscripciones, una lección aprendida

Una lección fundamental que he aprendido es ser más quisquillosa con las suscripciones a las famosas newsletter. 

Es cierto que son realmente útiles en muchas ocasiones, pero sospecha cuando de la noche a la mañana ya no consultes tan frecuentemente como antes esos correos. Es hora de decir adiós o al menos llevarlas a un segundo plano.

Por supuesto, es importante evitar dar tu dirección de correo electrónico a sitios web o servicios poco confiables, pero, dejando el tema de la seguridad a un lado, este es otro paso que he seguido para limpiar mi bandeja de entrada porque sí, una newsletter cada 15 días o al mes está bien, pero de forma diaria al final acaba por colapsar tu Gmail.

Bloquear y denunciar, todo es empezar

Por último, cuando hablas de spam lo normal es que muchas veces se traten de correos algo invasivos y que, definitivamente, se alejan bastante de una publicidad sana o esas newsletters de las que antes hablábamos.

Aquí directamente lo mejor que puedes hacer, aunque Gmail los mande a la bandeja de spam es tomar medidas rápidas y eficaces. 

Al bloquear a estos remitentes, evito que sus mensajes lleguen a mi bandeja de entrada en el futuro. Además, al denunciarlos, quieras que no ayudas a Gmail a mejorar sus algoritmos de detección de spam, ayudando a que ese tipo de correos no le acaben llegando a todo el mundo. 

Como ves, sí, es tedioso tener que estar constantemente limpiando tu Gmail de toda esa basura que ya no te apetece tener contigo, pero, he de confesar que llevo tanto tiempo haciéndolo que, como puedes ver en las imágenes, el poco spam o contenido publicitario que me llega es de servicios como Spotify o Tripadvisor —a excepción de AliExpress que para dos fundas que me compré, son muy pesados—

Aunque es cierto que yo de forma deliberada no he dado permiso para ese envío masivo de correos, tampoco llegan a ocupar un gran espacio en mi Gmail, dado que todos los pasos que te he constado antes los he ido haciendo poco a poco. 

Ya no solo se trata de evitar que correos importantes se acaben perdiendo en el infinito, al final también es una cuestión de evitar problemas de seguridad o clics indebidos.