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El futuro de los chips móviles: tras superar la Ley de Moore, ¿cuál es el siguiente paso?

Chip procesador móvil ordenador tamaño

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Foto del redactor Abraham AndreuFoto del redactor Abraham Andreu

Redactor Tecnología

  • El chip o procesador es uno de los componentes principales de dispositivos tecnológicos como el móvil o el ordenador, por lo que conseguir que sean más eficientes también tiene su consecuencia en el terminal.
  • Aunque se han conseguido grandes avances, incluso superando la conocida como Ley de Moore, aún existen importantes retos en el desarrollo de los procesadores.
  • Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3: El gran año de la IA.

Gordon E. Moore, el cofundador de Intel, planteó una ley –la Ley de Moore– que ha servido durante más de 50 años. Según esta, el número de transistores de un procesador se doblaría cada año.

No obstante, Moore –fallecido en marzo de 2023– se equivocó ligeramente, ya que su propia compañía "ha seguido reduciendo a la mitad el tamaño de los microprocesadores año tras año", según explica Félix Martín Aguilar, malagueño cofundador de Aliqindoi

Con una trayectoria profesional en varias compañías y la creación de Aliqindoi, una plataforma digital muy parecida a Wallapop, aunque especializada en productos electrónicos reacondicionados, Martín conoce de primera mano cada componente.

"Poco antes de la muerte este mismo año de Moore, hubo debate sobre las limitaciones de esta ley y algunos expertos señalaban que estamos muy cerca de los límites físicos y químicos posibles", asegura el experto.

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Lo cierto es que, como recuerda Martín, la ley se parecía más a un reto para la propia Intel y el conjunto de la industria. En este sentido, otros fabricantes como Nvidia han conseguido en una década acelerar el número de operaciones por segundo, superando el ratio marcado por la ley. 

En qué consiste un chip

Lo primero que hay que tener en cuenta en todo el proceso de fabricación de cualquier procesador son las materias primas disponibles. En este caso, se consiguen con silicio, un elemento químico común que puede encontrarse en la arena.

 

Es un material semiconductor, con una conductividad eléctrica que se queda a mitad de camino entre el cobre y el vidrio. Al fundir y refinar la arena, se extraen lingotes de silicio que, después, se cortan en lo que se conocen como obleas de silicio.

Tras varios procesos y, añadiendo los componentes electrónicos, se consigue el chip.

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Intel

Aunque el silicio es un material abundante y barato, el avance tecnológico también lo ha limitado, con lo cual la industria de semiconductores tendrá que pensar en otros materiales disponibles. 

El carbono podría ser una opción, lo que supondría un paso de gigante para el sector, que lleva utilizando el silicio como material principal del enorme desarrollo tecnológico vivido durante el siglo XX y el actual.

Por otro lado, el tamaño de los chips se establece por el número de nanómetros (nm) que tiene, es decir, la distancia que existe entre los "dientes" de los transistores. Para ilustrar mejor esta unidad de medida, ten en cuenta que se usa para átomos y longitudes de onda de radiaciones.

El resultado de menguar la longitud de los transistores, además, supone a su vez un mayor rendimiento y ahorro energético –el funcionamiento básico de un transistor se basa en dejar pasar, o no, la electricidad a través de él, representada en código binario–.

Para que te hagas una idea de cómo ha avanzado la industria, mientras que los primeros chips medían 10.000 nanómetros, como el Intel 4004 (1971), los más recientes para móviles llegan a 3 y 4 nanómetros, como el A17 Pro de Apple y el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3, respectivamente.

Dicho esto, ¿es posible reducir aún más el número de nanómetros y conseguir procesadores aún más eficientes? 

Un futuro con tamaños más reducidos y más potencia

El procesador es algo así como el cerebro en un cuerpo humano, ya que desde él se vertebran procesos del móvil que van desde el apartado fotográfico hasta la propia vida útil del dispositivo, ya que también tiene su implicación en la duración de la batería. 

La ecuación es bastante clara: si se consiguen chips más eficientes, todo el dispositivo será más potente, aunque además ayudará al consumo energético. Martín ejemplifica esta situación con una plataforma muy conocida, como TikTok.

Félix Martín Aguilar, malagueño cofundador de Aliqindoi.
Félix Martín Aguilar, malagueño cofundador de Aliqindoi.

Computer Hoy

Gracias al avance de las cámaras en los móviles y al procesamiento de imágenes y móviles, esta plataforma ha visto crecer a sus usuarios, una gran cantidad a nivel mundial. En este punto, entra en juego la computación en la nube y las posibilidades de la misma.

"Aunque hemos visto progresión hacia el procesado centralizado en cloud, el aumento del número de usuarios y el requerimiento de capacidad computacional lo hace inviable y ha dado lugar a un crecimiento exponencial del llamado computer edge y de arquitecturas cloud distribuidas", agrega.

Para entender mejor este apartado, puedes pensar en el reciente Google Pixel 8 Pro, un móvil que ha nacido con la IA como elemento principal, aunque con algo muy positivo: todo se realiza de forma local –excepto la edición de imágenes con IA, que se realiza en la nube–.

La diferencia entre funcionar localmente o en la nube es clara. En el caso de la tecnología edge, lo hace de forma cercana al usuario y, como menciona el experto, "el móvil es el terminal edge más cercano".

Volviendo a TikTok, sería "inviable" para la plataforma centralizar todos estos procesos para todos los usuarios a nivel mundial. Aunque no solo por la propia capacidad computacional de esto, sino también por los elevados costes –también ambientales– de transmitir datos en la nube.

"El procesado en el terminal permite además reducir la latencia al mínimo, es decir, el tiempo de procesado se reduce ya que se hace ahí mismo", explica. "Esto es algo absolutamente necesario para aplicaciones como la conducción autónoma y otras que envuelvan actividades críticas".

En resumen, parece que el futuro de los chips no solo pasará por la reducción de su tamaño –aún más–, sino también por el aprovechamiento de los nuevos modelos de transmisión de datos, una era que ya ha comenzado.

"Si tenemos en cuenta los efectos de integración de transistores conseguido por Intel y el decrecimiento de la capacidad computacional de NVIDIA, creo que solo podemos augurar un futuro de tamaños más reducidos y mucha más potencia", concluye Martín.

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Soy redactor de Tecnología en Axel Springer España. Me encontrarás analizando productos, en vídeos y escribiendo reportajes del sector tecnológico.

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