Desde que se confirmaron las negociaciones entre Zegona y Vodafone, se ha estado fraguando una gran expectación en el sector de las telecomunicaciones. Finalmente, Zegona ha llegado a un acuerdo para adquirir la totalidad de Vodafone España, poniendo fin a los rumores de una posible participación mayoritaria del 50%-50%. 

La operación incluye un acuerdo de licencia que permitirá a Zegona utilizar la marca Vodafone en España durante los próximos 10 años. El valor de la transacción, 5.000 millones de euros, representa aproximadamente 3,9 veces el EBITDA de Vodafone España. 

Según explica el compañero Roberto Corrales en un artículo de Business Insider, para financiar esta compra, Zegona recurrirá a una combinación de nueva deuda y un aumento de capital. 

El fondo británico se ha comprometido a financiar la deuda de la operadora por un valor de 4.200 millones de euros, en colaboración con bancos como Deutsche Bank, ING y UniCredit. Además, Vodafone contribuirá con 900 millones de euros en financiación, a cambio de acciones de preferencia en el negocio.

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"Estamos muy ilusionados con la oportunidad de volver al mercado español de las telecomunicaciones. Esta adquisición tan atractiva desde el punto de vista financiero es nuestra tercera operación en España, tras las exitosas reconversiones de Telecable y Euskaltel. Con nuestra estrategia claramente definida y nuestra probada trayectoria, confiamos en poder crear un valor significativo para los accionistas", comenta Eamonn O'Hare, presidente y CEO de Zegona.

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Esta operación no solo implica un cambio en quién tiene el mando de Vodafone España sino también en su cúpula directiva. El actual CEO, Mario Vaz, dejará su cargo para dar paso a José Miguel García, un conocido del sector de telecomunicaciones en España que anteriormente se desempeñó como CEO de Euskaltel.

Esta adquisición, por si fuese poco, coincide con la inminente fusión entre Orange y MásMóvil, lo que augura una reorganización en el sector de las telecomunicaciones en España. Además, Zegona tiene planes para ofrecer su red a otros grandes operadores en el país, buscando una mayor optimización de los activos compartidos.

Uno de los grandes problemas, del que poco se está hablando, es el futuro de los más de 4.000 empleados de Vodafone España, que ahora es una total incógnita, ya que no se ha dado información detallada sobre su futuro laboral.