Hoy día es totalmente fundamental contar con conexión a Internet, sobre todo WiFi, porque nos permite trabajar o disfrutar sin estar atado a ningún cable.

Pues bien, puede haber alguna que otra razón por la que te deje de funcionar el Internet en un día concreto, como puede ser una avería determinada o bien porque tu router haya dicho basta.

Por suerte, siempre tenemos algunos vecinos que nos pueden ayudar al respecto, y en el tema del WiFi siempre es bueno compartir.

Para ello, si en algún momento nos quedamos sin Internet, puedes acercarte al router de alguno de tus vecinos (previo aviso) para obtener su conexión a golpe de clic y sin necesidad de meter ninguna contraseña.

Los routers que se llevan distribuyendo en estos últimos años, además de la pertinente contraseña de multitud de caracteres que tienen en el dorsal del mismo, también llevan un código QR.

Gracias a este código QR, si lo capturas con la cámara de tu teléfono móvil, vas a poderte conectar a su WiFi sin tener que introducir ningún tipo de contraseña.

Hoy día, todos los teléfonos móviles pueden capturar códigos QR, en todo caso, puedes basarte en aplicaciones de terceros o incluso en Google Lens para escanearlo desde ahí.

La otra opción que tienes, sobre todo si quieres utilizar un ordenador portátil en lugar del teléfono móvil, es la función WPS.

La mayoría de los routers cuentan con un botón WPS que, al pulsarlo, verás que el piloto de este botón se apaga y se enciende de forma repetida.

Mientras el piloto del botón WPS esté parpadeando, puedes emparejar fácilmente cualquier otro dispositivo para que se conecte al WiFi del router, y sin necesidad de meter una contraseña.

Así que cuando vayas al router de tu vecino tienes dos opciones, tanto escanear el código QR en la parte posterior o bien pedirle que pulse durante un par de segundos el botón WPS para que puedas emparejar tu dispositivo a su WiFi.

Eso sí, no olvides que si tu vecino en un futuro te pide también que compartas tu conexión a Internet, no deberías negarte.