Actualización: a toda la excelente información acerca de si hay que apagar o no el router, hemos añadido ciertos casos excepcionales por los que puede que es conveniente apagarlo, ya que en esas situaciones sí que podría ser bueno no tenerlo encendido, aunque la última palabra la tienes tú, por supuesto.

¿Es bueno apagar el router continuamente? Esta es una pregunta que cualquiera puede hacerse. Si es cierto que algunas personas lo dejan encendido por siempre y no vuelven a tocarlo, también hay quien lo apaga para que consuma menos, porque piensa que así no le van a robar señal o por mera costumbre.

Puede que sea bueno apagar el router al menos cada dos meses por el cambio de IP que hace la compañía cada cierto tiempo, para mejorar la conexión o la estabilidad de la red, proteger de malware específico… Pero ¿es necesario hacerlo continuamente?

Lo primero que vamos a apuntar es que evidentemente el router gasta algo de energía, aunque muy poca. Según los cálculos de How-To Geek, apenas se queda en 11.65 dólares por año si está siempre encendido. Una cifra mínima en comparación con algunos electrodomésticos de la casa.

Además, hay que tener en cuenta que estos equipos están preparados para funcionar siempre y en casi cualquier condición. Está claro que todo acaba por estropearse con el tiempo, pero los routers son muy fiables y no es extraño que algunos modelos duren años si no se tocan.

En este tema hay hasta un debate sobre si es peor para el router el choque, la tensión, que tienen los componentes al apagarlo y encenderlo que el que siempre esté encendido.

Esto puede llevar a la reflexión de que lo mejor es mantenerlo encendido en general, incluso todo el día si se quiere, aunque es entendible que haya ocasiones en las que se apague.

¿Cuándo conviene apagarlo?

Si tenemos un router antiguo, puede que sea bueno cada cierto tiempo un apagado en el momento, pero lo cierto es que, si contamos con uno actual, de fibra óptica, no es imprescindible el hecho de tener que hacer que deje de funcionar.

De todas formas, puede que haya situaciones excepcionales por las que sí que sea conveniente apagarlo.

Cambiar la IP

Como ya te hemos dicho antes, esta puede ser una de las razones. 

Ya sabes que, si lo apagas durante un rato, cuando vuelvas tendrás una IP diferente, por lo que puede que te sirva por si en alguna web no te dejan entrar con tu dirección antigua o por temas de seguridad, malware y demás.

Saturación

Es complicado que los nuevos routers lleguen a estar saturados, puesto que están diseñados para conseguir funcionar con múltiples dispositivos a la vez. 

Pero puede darse el caso, a lo que debemos apagar el router para resolver el problema. 

Hay que tener en cuenta que ese apagado hará que todos los procesos del sistema se reinicien y, por lo tanto, consigamos que los problemas desaparezcan.

Las luces

Otra razón para apagarlo puede ser que las luces molestan por la noche si el router se encuentra a la vista.

Esto se puede dar si, por lo que sea, alguien tiene que dormir donde tenemos el router colocado, bien el salón o alguna habitación, y la potencia de las luces, además de su continuo parpadeo, haga que le sea imposible conciliar el sueño.

Fuera de casa

Si te vas unos cuantos días de casa, no está de más desenchufarlo, al igual que harás con casi todos los aparatos eléctricos.

Uno de los motivos es el ahorro energético, es decir, seguir pagando luz por algo que no vas a usar es absurdo. Pero otro puede ser como medida de seguridad, para proteger tu señal de intrusos que puedan aprovechar que no estamos para acceder a la red.

Desgaste

La última razón puede ser la del desgaste de un dispositivo que está 24 horas y 365 días encendido. Puede que no le vaya mal apagarlo de vez en cuando para que tenga digamos “un descanso”.

Esto es algo que podemos hacer, aunque los routers de hoy en día vienen preparados para estar permanentemente encendidos, por lo que en teoría no sería necesario, aunque tampoco le vendría mal.

Ahora ya debes ser tú quien decida si lo quieres o no apagar, puesto que ya tienes todos los datos para tomar una decisión.