Puede haber multitud de factores por las que tu conexión a Internet no es lo suficientemente rápida, y a veces la culpa ni es la situación del router ni del dispositivo en sí: puede ser un problema invisible.

Cuando todos los dispositivos que tienes en casa no reciben la velocidad del WiFi esperada, puede haber un problema mucho mayor, y puede estar relacionado con tu operador.

Antes de que eches la culpa a tu propio router, puede que el problema con el WiFi lo tengas con el operador que tengas contratado, especialmente con tu tarifa.

Debes ser consciente de la tarifa que tienes contratada con el operador, porque quizás el problema es que tienes muchos dispositivos conectados a Internet y tu tarifa sea insuficiente para satisfacer la demanda.

En este caso, debes llamar a tu operador y mejorar tu conexión a Internet con mayor velocidad, tanto de subida como de bajada.

Lo más recomendable si observas que la velocidad de internet es baja, es comprobar si la tarifa es correcta y tienes una velocidad alta de subida y de bajada suficiente para los dispositivos, porque  quizás no te esté llegando la velocidad contratada.

Limitación desde el operador

Debes confirmar con tu operador si hay algún tipo de problema con la conexión en tu zona, o si han configurado una limitación en el ancho de banda que puedes consumir.

Esta limitación es poco común, pero puede acabar existiendo, sobre todo si tienes contratada una tarifa muy barata, y es que a veces los proveedores de Internet reducen de forma deliberada la velocidad del WiFi.

Esto puede deberse a que tienes un límite mensual de uso de datos, por lo que deberías preguntar directamente a tu proveedor de Internet acerca de esta posible configuración o limitación que hayan impuesto.

Se trata de un problema invisible que pocas personas tienen en cuenta, y que no tendría nada que ver ni con tu router ni con tus dispositivos conectados.