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Una banda organizada de estafadores del rembolso roba más de 655.000 euros a Amazon

Ladrón Amazon

Gettyimages

El negocio del comercio electrónico es uno de los más pujantes del mundo, Amazon es su máximo exponente y enfrenta retos tan grandes como él mismo. Estados Unidos ha comenzado una persecución legal a lo que considera fraude de rembolso a escala masiva.

En concreto más de 655.000 euros, esa es la cifra que Amazon reporta haber perdido a causa del fraude de rembolso de un grupo conocido como ARG, que facilitaba servicios profesionales con información privilegiada, etiquetado falso y todo tipo de tácticas, a clientes legales a cambio de una comisión por dejarles quedarse con sus productos, generalmente de alta gama.

Hablamos de lo que Estados Unidos considera un ecosistema profesional delictivo dedicado al fraude en el comercio electrónico, pero empecemos por el principio. ¿Dónde y como se forma este tejido criminal?

Telegram, subforos de Reddit y foros de hacking, ese es lugar donde esta comunidad proliferó, aunando, por un lado, proveedores de información confidencial de grandes cadenas o expertos en etiquetado, y por otro, captación de clientes.

Pongamos un ejemplo: compras un producto a un minorista en Amazon por valor de 500 euros. Después contratas los servicios de fraude de devolución en alguna de estas redes sociales. 

Cuando llega el producto te explican qué hacer para que la empresa asuma que nunca llegó. Y listo, puedes quedarte con el producto, o venderlo, por supuesto, previo pago de una comisión del 20% a los delincuentes.

Qué tácticas utilizan para el fraude con las devoluciones de Amazon 

El grupo Artemis Refund Group (ARG) llevó el fraude un paso más allá, incorporando cómplices dentro de gigantes de la venta al detalle como Walmart, el equivalente a Media Markt en España. 

Estos cómplices ayudaban a orquestar el engaño desde dentro, manipulando registros y procesos para favorecer la ilusión de devoluciones. 

Además, ARG perfeccionó el fraude de envío con etiquetas manipuladas, alterando la información de seguimiento para que pareciera que un artículo se devolvía, incluso cuando el paquete podía estar vacío o dirigido a una ubicación incorrecta. 

Los minoristas, al ver estas etiquetas como válidas, emitían reembolsos sin saber que estaban siendo engañados.

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La sofisticación del fraude alcanzó nuevos niveles con el uso de servicios de escaneo de terceros para fortalecer las reclamaciones de reembolso, creando la impresión de que los paquetes habían sido rechazados o dañados. 

Con la ayuda de información interna, los estafadores alegaban no recepción o defectos, y los artículos obtenidos fraudulentamente acababan en venta en plataformas de segunda mano como Ebay, cerrando el círculo del engaño y generando ganancias ilícitas. 

Así, esta organización criminal no solo destapa vulnerabilidades en los sistemas de venta y distribución online, sino que pone de manifiesto la importancia de las medidas de seguridad y vigilancia en la industria del comercio electrónico y en Amazon. Por el momento habrá que ver las conclusiones de la justicia estadounidense.

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Etiquetas: crimen