Antes o después, todos necesitamos desconectar en alguna ocasión. Principalmente del trabajo, es cierto, pero también de la rutina o hasta del hogar. 

Si preguntas a tu alrededor, habrá gente que te dirá que prefiere irse mucho tiempo para realmente ser capaz de disfrutar de un descanso, y otros que opten justo lo contrario: periodos más cortos para una vuelta menos traumática.

¿Qué opción es mejor? Más allá de la subjetividad del asunto, y de las preferencias que personalmente tengas, lo cierto es que hay una serie de días de vacaciones que son realmente necesarios para llegar a desconectar. O al menos, eso es lo que algunos estudios y expertos parecen sostener. ¿Qué dicen realmente y cómo puede aplicarse a casos concretos?

Vacaciones, viajes y descanso: no son lo mismo

Hay que partir de la base, para empezar, de que las circunstancias juegan un papel fundamental en el descanso. O en este caso concreto, en los días de vacaciones que hacen falta para desconectar y realmente liberarse de las presiones del estrés y todo eso. No todos los casos son iguales, ni mucho menos. Por eso hay una serie de aspectos que conviene tener presentes.

Por ejemplo, hoy en día se suele considerar que las vacaciones son un sinónimo de viajar, cuando no solo no es así en absoluto, sino que más bien acostumbra a ocurrir al contrario. Según el tiempo que estés fuera y, sobre todo, dependiendo del destino al que te dirijas, un viaje puede provocar también tensión, alejándose mucho del concepto convencional de descanso. 

Además, no hay que olvidar los diferentes grados de estrés. Si una persona ha estado sometida a altos niveles de este durante un período prolongado, es posible que necesite más tiempo para desconectar y relajarse por completo. Esto no solo está determinado por las diferentes ocupaciones profesionales, sino también por cómo se vive el día a día, y con quién. 

Es muy importante, en este sentido, saber la manera en la que organizas tus propias vacaciones, y de qué forma estas afectan a tu agenda, por así decirlo. Las actividades planificadas durante las vacaciones también pueden afectar la capacidad de desconexión. Aquellos con itinerarios ocupados pueden necesitar más tiempo para relajarse entre actividades.

¿Cuántos días son necesarios para desconectar?

¿Y qué es lo que dicen los expertos al respecto? En los últimos años, muchos trabajos han intentado responder a esta pregunta basándose en datos y estadísticas. Sin ir más lejos, un estudio realizado por la Universidad de Tampere en Finlandia concluyó algo que suele darse por válido en casi todos los casos: ocho días es el periodo de tiempo ideal para lograr desconectar.

Según ellos (y otras investigaciones similares), es muy difícil lograr alcanzar una auténtica relajación con menos días. Así pues, prestando atención a los especialistas, lo ideal para alcanzar un adecuado nivel de bienestar y de desconexión pasaría por disfrutar de entre ocho y diez de vacaciones. 

De lo contrario, sucedería casi como lo que pasa con los fines de semana: están muy bien, pero casi todo el mundo siente que resultan insuficientes.