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¿Por qué el estómago no se digiere a sí mismo?

Estómago que no se digiere

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  • Dentro del estómago hay un balanceado equilibrio que permite que digiera los alimentos sin sufrir daños.
  • El equilibrio de la salud estomacal puede verse alterada por bacterias o acidez fuera de lo común, conllevando problemas en los afectados.
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El estómago humano es una maravilla de la biología, capaz de descomponer los alimentos con un ácido muy potente, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué este órgano no se autodestruye en el proceso? La respuesta yace en un sistema de protección muy bien orquestado.

El estómago está compuesto por diversas capas, incluyendo la serosa, músculo y mucosa. Dentro de la mucosa, encontramos células especializadas como las células parietales y g-células. ¿Por qué no se destruye a sí mismo?

Las células parietales son responsables de producir ácido clorhídrico, un compuesto crucial para la digestión. Este ácido es tan concentrado que si se pusiera en un trozo de madera, lo atravesaría.

La salvaguarda del estómago contra su propio ambiente ácido se debe a las células epiteliales, que producen una solución rica en bicarbonato que recubre la mucosa. Este bicarbonato es alcalino y neutraliza el ácido del estómago, transformándolo en agua.

 Esta continua producción de bicarbonato es la principal forma en que el estómago se protege de la autodigestión y de la acidez en general. Sin embargo, el sistema de protección del estómago no es infalible. 

La acidez o las bacterias como el Helicobacter pylori pueden dañar las defensas del estómago

En algunas personas, debido a una disminución del flujo sanguíneo al estómago o a una sobreproducción de ácido, este sistema defensivo puede fallar. Estas personas pueden desarrollar úlceras gástricas. Además, ciertas bacterias, como Helicobacter pylori, pueden dañar las defensas del estómago y también son responsables de úlceras.

La secreción de ácido en el estómago está precisamente regulada, dependiendo principalmente de la ingesta de alimentos. El sistema nervioso simpático y parasimpático, junto con hormonas como la gastrina, histamina, somatostatina y acetilcolina, son responsables de esta regulación.

Píldora electrónica del MIT

Por otro lado, el estómago secreta hormonas como la gastrina, la ghrelina y la somatostatina, que juegan un papel importante en la regulación de la digestión.

La gastrina, por ejemplo, aumenta la secreción de las glándulas gástricas y promueve el vaciado del estómago, mientras que la somatostatina restringe todas las secreciones gástricas, la motilidad y el vaciado del estómago.

El estómago no se digiere a sí mismo gracias a un equilibrio cuidadosamente mantenido entre la producción de ácidos y enzimas y un sistema de protección eficaz. Este equilibrio permite que el estómago cumpla su función esencial en la digestión sin dañarse a sí mismo.

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Etiquetas: Salud