En una carretera forestal de La Rioja, un misterio moderno confunde y desorienta. No se trata de un fenómeno sobrenatural, sino de un error tecnológico con consecuencias muy reales: un fallo en Google Maps está llevando a decenas de camiones a perderse en busca de una gasolinera fantasma. 

Esta anómala situación, conocida irónicamente como el "Triángulo de la Pantaloneta", se ha convertido en un desafío recurrente y frustrante para los transportistas y una fuente de preocupación para los habitantes locales. Los camiones siguen a Google Maps hasta quedarse atascados en bosque.

El escenario es casi cinematográfico: camiones de gran tamaño, en muchas ocasiones provenientes del este de Europa y guiados por aplicaciones de navegación, se adentran en caminos estrechos, inadecuados para su tamaño y peso. 

Se ven atrapados al final de la ruta forestal, incapaces de avanzar o retroceder. La realidad es mundana, pero problemática: los GPS indican la existencia de una gasolinera que, simplemente, no está allí.

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Este peculiar fenómeno ha sido reportado por medios como La Vanguardia o el Periódico de España, destacando la repetición del incidente y la confusión que genera entre los conductores.

Según el alcalde del pueblo más cercano, Ezcaray, Diego Bengoa, y los residentes de la zona, estos encuentros con camiones atrapados son ya algo habitual.

Los carteles multilingües instalados para advertir a los conductores parecen ser insuficientes frente a la confianza ciega en sus dispositivos de navegación. Simplemente, confían más en Google Maps.

Desde la alcaldía, proponen que la solución al problema podría estar en la instalación de un gálibo, una estructura que limita la altura de los vehículos que pueden acceder a la pista. Esta medida buscaría prevenir más incidentes al impedir físicamente el paso de camiones de gran tamaño por estas rutas no aptas.

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Las consecuencias de estos errores no son solo logísticas, sino que también implican un riesgo para la seguridad. Cada camión atrapado en La Rioja requiere un esfuerzo considerable para ser liberado, incluyendo la descarga y recarga de su contenido y la coordinación para guiarlo de regreso a una ruta segura. Afortunadamente, hasta el momento, no se han reportado daños personales.

No es el único caso en que la fe ciega en aplicaciones de navegación como Google Maps o Waze lleva a accidentes. Hace tiempo, por ejemplo, Google fue demandada por la familia de un hombre que falleció tras seguir indicaciones hasta un puente derruido. 

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También está el caso del turista alemán que atascó su autocaravana en una vía no apta para el vehículo. Y son muchos más casos los que siguen.

El fallo de Google Maps en La Rioja es un recordatorio vivido de cómo la tecnología, a pesar de sus avances, aún está sujeta a fallos que pueden tener impactos inesperados y significativos en la vida real, sino se aplica el sentido común.