Acabamos de vivir un enero bastante atípico en lo que respecta a las temperaturas, un enero que parecía el comienzo de la primavera, cuando siempre se ha considerado uno de los meses más fríos del año.

No obstante, en muchas ciudades europeas, se experimentó un enero con cielos soleados y temperaturas más propias de un mes de abril.

Y no fueron sensaciones tuyas, porque los expertos del Servicio del Cambio Climático Copernicus (CS3) han confirmado que acabamos de vivir el enero más caluroso jamás registrado.

En concreto las temperaturas promedio globales en enero fueron de 13,14 °C, es decir, 0,7 °C por encima del promedio de 1991 a 2020 para enero.

También enero fue un 0,12 °C más alto que la temperatura del enero más cálido antes registrado, que fue en 2020. Es el octavo mes consecutivo en el que se baten récords de temperatura, desde junio del año pasado.

Las mediciones de los científicos señalan que la temperatura promedio global de los últimos 12 meses fue la más alta registrada, en concreto 0,64 °C por encima del promedio de 1991 a 2020, y 1,52 °C más del promedio de 1850 a 1900.

Estos datos llegan después de que Copernicus confirmara que 2023 fue el año más caluroso jamás antes registrado.

No obstante, la temperatura media global del año pasado fue de 14,98 °C, es decir 0,17 °C más alta que 2016, el que antes era el año más caluroso jamás registrada en el planeta.

"Los extremos que hemos observado en los últimos meses proporcionan un testimonio dramático de lo lejos que estamos ahora del clima en el que se desarrolló nuestra civilización", afirma Carlo Buontempo, director de C3S.

“Esto tiene profundas consecuencias para el Acuerdo de París y todos los esfuerzos humanos. La única manera de detener el aumento de las temperaturas globales es reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero", afirma Samantha Burgess, directora adjunta de C3S.