Desde la BBC han querido compartir una curiosa historia sobre un amigo que trabaja en la Universidad de Bath, Reino Unido, que es de esas pocas personas en el mundo que, por suerte o por desgracia, cumple años el 29 de febrero —en España está el famoso caso del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez—.

Con un 2024 que es bisiesto, esta persona por fin puede celebrar su cumpleaños en la fecha exacta de su nacimiento. Pero lo realmente llamativo de toda esta historia es la curiosidad que gira en torno a los años bisiestos, que, más allá de ser simples ajustes en el calendario, parece que esconden una serie de significados y fenómenos matemáticos que son muy interesantes conocer.

Los años bisiestos, con su famoso día adicional en febrero, esconden primero que todo grandes leyendas. Desde la antigua creencia de que el 29 de febrero es el único día en que las mujeres pueden proponer matrimonio hasta festivales celebrados en honor a las personas nacidas en esta fecha poco común, este día ha abierto la veda a todo tipo de mitos que han ido de generación en generación. 

Que sea tan raro ha llevado incluso al nacimiento de eventos como el Festival del Año Bisiesto en Anthony, Nuevo México, donde los nacidos en este día se reúnen para celebrar juntos su cumpleaños. Sin embargo, detrás de estas graciosas curiosidades hay una lógica matemática simple pero importante. 

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Un fenómeno matemático que se convierte en vital en la sincronización del tiempo

Los años bisiestos son un fenómeno matemático imprescindible en la sincronización del tiempo y el calendario con los movimientos de la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Para entender por qué existen los años bisiestos, primero habría que entender el concepto de año solar y cómo varía del año estándar de 365 días.

El año solar, o el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del Sol, no es exactamente de 365 días. En realidad, lleva aproximadamente 365.242 días.

Para corregir esta diferencia, se introducen los años bisiestos. Cada cuatro años, se añade un día extra al calendario —el 29 de febrero— para compensar el tiempo adicional acumulado. Este día extra ayuda a sincronizar el calendario normal con el ciclo solar, asegurando que las estaciones y los eventos astronómicos coincidan adecuadamente con el tiempo en el calendario humano.

Curiosidades y secretos del Calendario, ¿por qué lo utilizamos?

Sin embargo, esta regla simple de añadir un día extra cada cuatro años cuidado porque tiene sus excepciones. La regla de divisibilidad por 400 entra en juego y en los años bisiestos es una excepción importante que se aplica para ajustar con mayor precisión el calendario básico al ciclo solar. Según esta regla, los años que son múltiplos de 100 no son considerados bisiestos, a menos que también sean divisibles por 400.

Por ejemplo, el año 1900 fue un año no bisiesto a pesar de ser divisible por 4, ya que no cumplía con la regla de ser divisible por 400. La razón detrás de todo esto es que, si se siguiera simplemente la regla de hacer bisiestos todos los años divisibles por 4, el calendario se desfasaría con respecto al año solar real. 

Por ejemplo, después de 100 años sin la corrección de divisibilidad por 400, el calendario tendría un exceso de aproximadamente 0.8 días. Después de 200 años, el exceso sería de alrededor de 1.6 días, y así sucesivamente. Aunque puede parecer una tontería, a lo largo del tiempo, este pequeño desfase acumularía un retraso en el calendario con respecto al año solar real.