Está claro que las relaciones sociales están cambiando. Es algo obvio, que puedes descubrir echando un vistazo a los datos, o simplemente fijándote en lo que sucede a tu alrededor. Mucha gente dice que actualmente demasiados matrimonios terminan en divorcio pero, ¿y si en realidad ni siquiera se llegara hasta ese punto? 

Eso es, precisamente, lo que señalan quienes alertan que cada vez hay más personas solteras en España: más de 14 millones, para ser precisos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este creciente fenómeno se conoce como agamia, y se produce por diversas razones. Algunas de ellas son muy evidentes, pero quizá otras no lo resulten tanto. 

¿Qué es la agamia?

Tradicionalmente, el término agamia se ha referido a la elección voluntaria de no casarse o no tener relaciones románticas o sexuales. Es decir, más o menos de llevar una especie de existencia célibe, en la que vivir en pareja, sencillamente, no era una opción. Ahora, da la impresión de la sociedad, o al menos un porcentaje importante de la misma, podría orientarse hacia lo mismo. 

Por supuesto, los motivos son muy diferentes en la actualidad. Aquí no hay pensamientos religiosos ni tan siquiera filosóficos. Más bien se trata de una forma de vida que hace bueno aquello de que es mejor estar solo que mal acompañado. El origen griego de la palabra lo explica bien: 'a' (que significa "no" o "sin") y 'gamos' (matrimonio). 

Como concepto, la agamia no puede considerarse algo nuevo, ya decimos. Tradicionalmente cierta gente ha apostado por esta práctica, y seguramente conozcas casos concretos. Algunas personas pueden preferir centrarse en sus carreras profesionales, intereses personales o actividades altruistas en lugar de buscar una pareja romántica más o menos tradicional. 

En este sentido, la agamia puede confundirse con la soltería, pero no es exactamente lo mismo. Un soltero muchas veces no renuncia a compartir su vida con otra persona, mientras quienes eligen la agamia sí lo hacen. Renuncian a la vida en pareja, ojo, pero no necesariamente a la satisfacción sexual o tener uno o varios amantes. Suelen identificarlo como cosas distintas. 

¿Por qué se produce la agamia? 

La explicación que muchos dan al crecimiento de la agamia, o de personas solteras en España, es bastante simple: la gente se ha vuelto más egoísta. Es decir, que tiene mucha menos paciencia o capacidad de sacrificio a la hora de soportar a otra persona. Viviendo solo, no tienes que aguantar a nadie, incluso teniendo en cuenta el reto económico que eso puede resultar. 

Pero quizá la cosa no sea tan sencilla, después de todo. Puede que los reiterados fracasos emocionales, si se quieren llamar así, que se observan alrededor (en padres, familiares, amigos, vecinos) generen un inevitable escepticismo hacia matrimonio en algunos. Por lo no hablar de que compartir la vida aporta cosas, pero también resta libertades, está claro. 

¿Nos encaminamos hacia una sociedad en la que cada vez las uniones emocionales duren menos, o en la que cada vez más gente apuesta directamente por la soltería? No faltan quienes, señalando los datos con vehemencia, parecen entenderlo así.