Quién más y quien menos, todo el mundo ha dado alguna vez un respingo cuando suena el teléfono. Dependiendo de tu carácter, además, puedes identificar su sonido con una buena o mala noticia, alguien con quien te apetece hablar o no. Pero hay casos en los que la cosa puede ir más allá.

La telenofobia es, como su propio nombre sugiere, un auténtico pánico a hablar por teléfono. Por sorprendente que resulta, cada vez más gente, sobre todo joven, padece este problema, en gran medida a los cambios que la tecnología ha traído consigo de un tiempo a esta parte.

Telenofobio, el miedo a hablar por teléfono

Seguramente hayas experimentado alguna vez al auténtico terror que algunas personas sienten a hablar en público. Pues bien, de un tiempo a estar parte mucha gente también ha desarrollado una patología similar, aunque más localizada: la telenofobia. O lo que es lo mismo, el miedo a hablar por teléfono. 

Según señalan algunos expertos, se trata de un problema que afecta especialmente a los jóvenes. Es decir, a la gente nacida a partir de los años 80 y 90. 

Su origen, en muchos casos, radica en que hablar por teléfono cada vez resulta menos habitual. Sobre todo teniendo en cuenta que hoy por hoy hay usuarios que prácticamente solo utilizan los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp o las redes sociales para comunicarse.

Síntomas habituales de quienes padecen miedo a hablar por teléfono

Como suele ocurrir con este tipo de situaciones, la telenofobia se puede presentar en diferentes grados, y no todos los que la sufren tienen los mismos síntomas. 

Aún así, existen algunos que resultan bastante comunes: mantener el teléfono en silencio la mayor parte del tiempo, no responder a las llamadas, asustarse cuando suena el móvil y, por encima de todo, procurar comunicarse a través de mensajes antes que usando la voz. 

A nivel físico, aunque no resulta tan frecuente, también se pueden producir casos en los que los telenofóbicos tienen ataques de pánico. Y como pasa con la mayoría de fobias, estos pueden ir acompañados de aceleración del ritmo cardiaco, nauseas, dolores de cabeza, jaquecas, falta de aliento, boca seca o incluso mareos cuando la patología es realmente extrema. 

Qué es la tripofobia y por qué no es considerada una verdadera fobia

Para acabar con el problema que supone la telenofobia, y que puede llegar a condicionar incluso las relaciones laborales o personales de mucha gente, el proceso también es bastante convencional. Primero de todo, localizar si el origen de la fobia se encuentra en un suceso o sucesos concretos. Por ejemplo, tras haber recibido una llamada portadora de malas noticias. 

Pero encontrar la causa no es lo único, puesto que no faltan quienes padecen telenofobia y no son conscientes de ello. Es entonces cuando hacer frente al problema se vuelve imprescindible, para ir poco a poco haciéndole frente. En los casos más graves, con ayuda de un profesional que encuentre una terapia adecuada para cada caso concreto. 

Con el tiempo, si un telenofóbico no se da cuenta de que sufre esta patología, puede agravarse, como es natural. Por eso lo mejor es intentar afrontarlo lo antes posible.