En un referéndum no vinculante que las autoridades de la capital francesa dijeron que respetarían, cerca del 90% de los votantes se pronunciaron a favor de prohibir el uso de los patinetes eléctricos
de alquiler en las calles de la ciudad. Los e-scooters privados no formaban parte de la encuesta.

El resultado del referéndum supone un revés para el operador Lime, el más grande del mundo, que tendrá que abandonar la ciudad en septiembre, cuando finalice el contrato actual.

El referéndum se propuso en respuesta a la preocupación por un creciente número de accidentes relacionados con los patinetes eléctricos. Sólo en 2021, París registró 459 accidentes con e-scooters y tres muertes, mientras que en toda Francia en el mismo año, los accidentes de scooter provocaron 24 muertes.

Sin embargo, los operadores de estos patinetes insistieron en que, si se compara con el número total de accidentes de tráfico, sólo un porcentaje muy pequeño implicaba a los e-scooters.

Muchas normas que terminan en prohibición: adiós al patinete

París ofreció permisos a los primeros servicios de alquiler hace cinco años, dando a la gente una manera fácil de desplazarse por la ciudad. Pero en 2020 muchas personas ya se quejaban de los sistemas de alquiler, lo que llevó a las autoridades parisinas a reducir el número de operadores a tres.

En un nuevo esfuerzo por convencer a los residentes, se introdujo una norma que limitaba la velocidad máxima de los patinetes a 24 km/h, y también se prometió fijar matrículas en los vehículos para que la policía pudiera identificar más fácilmente a los conductores que infringieran las normas de tráfico.

Pero los cambios no convencieron a los parisinos para dar una oportunidad a los sistemas de alquiler. Ahora, Lime y otras empresas de alquiler esperarán a ver si la votación de París impulsa a otras ciudades a celebrar encuestas públicas similares sobre los patinetes eléctricos. Esto podría ser el fin de dicho transporte en las grandes ciudades.