Es más que lógico que los objetos tienen un tiempo de uso (aunque muchas veces lo sobrepasamos). 

Algunos de ellos nos avisan de que ya es hora de que los jubilemos (pérdida de color, mal olor...) pero hay otros de los que ni siquiera te das cuenta de que ya han caducado.

Profesionales de la organización del hogar comparten sus ideas sobre cuándo es el momento de separarse de algunos de estos objetos y cómo hacer que su reemplazo dure lo máximo posible. 

Edredón

Según los profesionales, existen diferentes tipos de rellenos nórdicos, dependiendo de los materiales con los que se hayan confeccionado, pero, por norma general, un edredón nórdico suele tener una vida útil de entre 10 y 15 años.

En cuanto al mantenimiento yprolongar su vida útil, sugieren lavarlos al menos cada seis meses y dejar que se aireen de vez en cuando. 

Sábanas y Almohada

Pasamos una cuarta parte del día en la cama, lo que significa que la ropa de cama y las almohadas sienten verdaderamente el impacto. Según los expertos, hay que lavar la ropa de cama semanalmente y las almohadas trimestralmente para ayudar a mantener la calidad.

Sin embargo, establecen como fecha tope los dos años para ya definitivamente despedirse de esa almohada que perfectamente se ajustaba a ti o tus sábanas favoritas.

Algunas de las señales de que tu ropa de cama está lista para pasar a mejor vida son la decoloración, el deshilachado de cualquier costura o tejido, y un cambio en la textura, desde el adelgazamiento hasta la aspereza contra tu piel.

Toallas de baño

Las toallas de baño son uno de esos artículos que ocupan un lugar privilegiado en nuestros armarios, sin embargo, si han perdido su capacidad de absorción, están descoloridas, rotas, no huelen bien o tienes juegos incompletos, sentimos decirte que es hora de cambiarlas.

Se estima que cada dos años es la fecha a tener en cuenta para su reemplazo. Para alargar la vida de tus toallas de baño, asegúrate de seguir las instrucciones de lavado del fabricante, comprueba la etiqueta y síguela.

Colchón

Muchos expertos afirman que nuestro colchón es igual de importante que nuestra nevera y su sustitución y mantenimiento es esencial. Ambos son vitales para nuestro autocuidado. 

Pues bien, se recomienda que cada 6 u 8 años se sustituya por uno nuevo. Rápidamente notaremos que ya ha dejado de ser cómodo y si no lo percibes, este pierde su firmeza y características. Las evidencias claras son dos, el tiempo pasado desde la fecha de compra y, la más importante, no dormir bien.