Hay animales estrictamente carnívoros. No comen plantas, sencillamente, porque su aparato digestivo no puede procesarlas. Hasta ahora se creía que los tiburones era animales carnívoros. Pero se ha descubierto que el tiburón cabeza de pala también come algas, convirtiéndose así en el primer tiburón omnívoro que se conoce.

El tiburón cabeza de pala es una de las diez especies de tiburón martillo que existen. Es la más pequeña de todas, pues solo mide entre 80 y 150 centímetros, y se creía que se alimentaba de cangrejos y calamares. Se había encontrado algas en su estómago, pero se pensaba que las comía accidentalmente al tragarse los cangrejos que viven entre ellas, y no las digería.

Un experimento llevado a cabo por la bióloga Samantha Leigh, de la Universidad de California, ha demostrado que los tiburones cabeza de pala comen plantas y obtienen nutrientes de las algas. Incluso ganan peso cuando son sometidos a una dieta con el 90% de algas. En este vídeo se puede ver cómo el tiburón come voluntariamente algas marinas:

Para llevar a cabo este descubrimiento, Samantha Leigh y su equipo capturaron cinco tiburones cabeza de pala y los alimentaron durante tres semanas con una dieta compuesta  por un 90% de algas, y un 10% de calamares.

Las algas había crecido en aguas con un isótopo de carbono que se usa para estudiar la digestión en los animales.

En estas tres semanas todos los tiburones ganaron peso, demostrando que las algas les alimentan.

Un análisis de sangre certificó que tenían el isótopo en la sangre y en el hígado, una prueba de que los nutrientes de las algas habían sido absorbidos. Además encontraron enzimas que sirven para digerir las plantas, que no tienen otros animales estrictamente carnívoros.

El descubrimiento de que hay tiburones que comen plantas, y por tanto son omnívoros (también comen carne) es muy importante, porque permite aplicar un enfoque nuevo al estudio de los ecosistemas marinos.

¿Te han entrado ganas de ver la mítica película Tiburón de Spielberg?

Quizá esta versatilidad en la dieta es lo que permite que los tiburones cabeza de pala sean tan numerosos. Se estima que hay casi cinco millones de estos ejemplares en el Golfo de México y en el Atlántico.