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El Stonehenge español que ha emergido de las aguas debido a la sequía y tiene más de 5.000 años

El Stonehenge español que ha emergido de las aguas debido a la sequía y tiene más de 5.000 años

Wikimedia

La sequía nos devuelve monumentos y vestigios olvidados en el fondo de los ríos o pantanos. Es curioso, pero también una malísima noticia.

Muchos países están viviendo este verano la mayor sequía de las últimas décadas, que está secando ríos y vaciando embalses. Por eso están saliendo a la luz huellas de dinosario de hace 100 millones de años, las tristes Piedras del Hambre... y el Dolmen de Guadalperal, el mal llamado Stonehenge español.

El Dolmen de Guadalperal es una construcción megalítica que tiene entre 7.000 y 5.000 años de antigüedad. Aunque la prensa lo llama el Stonehenge español, no tiene nada que ver. Stonehenge es un crómlech, un círculo de piedras. La estructura de Guadalperal es un dolmen, es decir, una construcción cerrada con losas de roca como paredes, y piedras lisas para formar un techo.

La confusión viene porque el arqueólogo alemán Hugo Obermaier, que trabajó en el dolmen en 1925, lo vació por completo y desparramó las losas del techo y paredes alrededor del dolmen, por eso parece un construcción circular.

El Stonehenge español que ha emergido de las aguas debido a la sequía y tiene más de 5.000 años

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El Dolmen de Guadaperal está situado en el término de El Gordo, en la provincia de Cáceres, aunque el municipio más cercano es Peraleda de la Mata.

El monumento está compuesto por 150 lajas de granito verticales, llamadas ortostatos. La mayoría de ellas están talladas, y el menhir más alto, de dos metros, tiene algunos grabados.

Una docena de estas losas formaban una cámara de cinco metros de diámetro, que estaría precedida por un corredor de acceso de más de 5 metros de largo y de aproximadamente 1,5 metros de ancho.

Se cree que tenía una función funeraria, ya que se han encontrado ajuares y 11 hachas, cerámicas, cuchillos de sílex y un punzón de cobre. También una moneda, fragmentos de cerámica y una piedra de moler de la época romana, lo que indica que el dolmen se usaba durante la invasión romana.

 

El Dolmen de Guadalperal quedó inundado en 1962, tras construirse la presa de Valdecañas, en el río Tajo. Desde entonces solo puede verse cuando hay sequía.

En 2012 emergió parcialmente, mostrando la falsa estructura circular:

Dolmen de Guadaperal

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La gran sequía de 2019 vació el embalse casi por completo, así que pudimos disfrutar de la escultura megalítica en todo su esplendor, tal como se aprecia en la foto de apertura de la noticia.

Lo mismo ha ocurrido este año 2022, en donde el embalse se ha vaciado por completo en la zona del dolmen, y se puede contemplar en su totalidad.

Resulta incomprensible que uno de los monumentos más antiguos de país, con entre 7.000 y 5.000 años de antigüedad, lleve 40 años bajo las aguas, deteriorándose.

En 2019 fue declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno, iniciándose un plan para recuperarlo. Pero tres años después, ahí sigue. Ahora que ha emergido de nuevo, sería un buen momento para sacarlo del fondo del embalse, reubicarlo y reconstruirlo con su forma original, tal como era antes de la intervención del arqueólogo alemán.

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Etiquetas: Educación, Cultura