Arreglan el tejado de una iglesia italiana y encuentran docenas de balones que llevaban encajados desde el Mundial 78

La iglesia de Santo Tomás, en Ascoli (Italia), se construyó en el año 1064. Sus campanas, fechadas en el siglo XIII, están entre las más antiguas de Italia.

En sus casi mil años de historia esta iglesia románica ha visto pasar muchas cosas ante sus muros. Entre ellas, balones de fútbol pateados por animosos niños y jóvenes. A veces, el exceso de entusiasmo terminaba con algún balón encajado en el tejado de la iglesia.

Son lugares inaccesibles a los que raramente se sube, salvo por un hecho excepcional. Y cuando ocurre, te puedes encontrar sorpresas: docenas de balones de casi 50 años de antigüedad.

La iglesias de los pueblos europeos suelen estar en el lugar más relevante de la localidad. Casi siempre en una plaza, porque así los feligreses no se amontonaban en las entradas y salidas de misa.

Normalmente la plaza del pueblo, la plaza de la iglesia, era el único lugar en donde los niños tenían un poco de espacio abierto y sin coches para jugar al fútbol. Así que muchos terminaban colocando la portería en los muros de la iglesia. Y cuando el tiro iba desviado, acababa con el balón encajado en el tejado, para desesperación de su dueño.

La localidad de Ascoli sufrió un terremoto en 2016, lo que provocó daños en el tejado de la iglesia de Santo Tomás, según cuenta la web La Nueva, citando a la prensa local italiana.

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El pasado mes de marzo se iniciaron las obras para reparar el tejado. Contrataron una enorme grúa para subir hasta arriba, como se ve en la foto de apertura de la noticia. En las labores de limpieza se llevaron una sorpresa: rescataron más de 40 balones de fútbol.

Entre ellos había dos Tango, los balones oficiales del Mundial de Argentina 78, que se celebró hace 44 años.

 “Esos balones son el testimonio de un fútbol que se jugaba en las plazas. Eran buenos tiempos y volver a jugar un poco más en la calle, quién sabe, puede que sea bueno para la socialización de los chicos y para el fútbol italiano", ha comentado a la prensa local el concejal de deportes de Ascoli, Nico Stallone, ex jugador de fútbol.

No sabemos si alguno de sus dueños, ya cincuentones, han reclamado esos balones. Apenas tienen valor, porque casi medio siglo al aire libre los ha dejado destrozados. Pero son un símbolo de una antigua tradición, que hoy casi ha desaparecido: jugar al fútbol con los amigos en la plaza de la iglesia.

Tiempos pasados que ya no volverán.