Hoy en día casi todos los niños saben hacer un avión de papel. Y lo identifican con los aviones que sobrevuelan nuestras cabezas desde hace más de un siglo.

Como ocurre con la paradoja del huevo y la gallina, surge la pregunta: ¿Qué fue antes, el avión o el avión de papel?

El mismísimo Leonardo Da Vinci ya dibujaba helicopteros en 1490, y "máquinas voladoras" que aleteaban como pájaros. Pero o bien la ciencia de la época no podía convertirlos en realidad, o eran ideas fantasiosas que nunca podrían funcionar, como la máquina que obligaba al piloto a aletear como un pájaro:

Julio Verne imaginó un cohete que viajaba a la Luna un siglo antes de que Neil Armstrong pisase nuestro satélite, asi que es posible pensar que los aviones de papel se inventasen antes que los propios aviones... como así fue. Pero no se llamaban "avión", porque aún no se habían inventado.

El medio Vox.com ha rastreado los aviones de papel hasta nada menos quela Guerra Civil norteamericana. La referencia más antigua está en el libro "Every boy's Book", publicado en 1864.

Lo más increíble de todo es que se fabricaban exactamente igual que como se fabrican ahora, usando los mismos pliegues para obtener el mismo tipo de avión. Aquí puedes ver dos modelos de 1882 y 1900:

Como en el siglo XIX no existían los aviones, no identificaban esta forma con una avión, sino con... un dardo. Por eso no los llamaban aviones de papel, sino dardos de papel.

No los lanzaban como quien vuela un avión imaginario, sino como un dardo que tiene que impactar en un blanco o diana.

Los niños jugaban a darse unos a otros con el dardo, o a ver quien lo metía por un agujero de una puerta, o acertaba a cierto objeto.

Y aunque los hermanos Wright volaron el primer avión en 1903, los primeros aviones tenían una forma muy diferente:

Por eso se siguieron llamando dardos de papel hasta mediados del siglo XX.

En los años 50 comenzaron a aparecer los primeros aviones con alas en delta, como un triángulo, como el Avro 698 Vulcan (1953):

Ahora sí, los aviones reales comenzaban a parecerse cada vez más a los dardos de papel.

A algún niño se le ocurrió la idea de pintar su dardo de papel como un avión a reacción, y el resto, como suele decirse, ya es historia... Los dardos se convirtieron en aviones de papel, y así se han quedado para siempre.