Aunque no acaparó demasiada atención, ayer fue un día especialmente importante para el sector de las criptomonedas. Por un lado se prohibió su uso en Japón por el riesgo de que se utilicen para sortear las sanciones económicas de Rusia, pero también se votó algo que pudo cambiar su futuro.

No salió adelante la votación de la propuesta Markets in Crypto-assets (MiCA) en la Comisión de Economía del Parlamento Europeo y no se aprobarán las medidas que debatían para controlar el impacto que tienen las criptomonedas en el medio ambiente e imponer una mayor sostenibilidad.

Eran numerosas las propuestas que se incluían en la votación, empezando por la prohibición de transacciones que no fuesen sostenibles. Esto hubiese limitado todas las que se hacen con las criptomonedas más conocidas, como el bitcoin o casi cualquier otro criptoactivo.

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Entre lo que se buscaba regular estaba la minería Proof-of-Work (PoW), implementar unos requisitos ambientales para las granjas de minado, regular las transacciones en función de su consumo energético y otras novedades que han sido rechazadas.

Según publican en El Salto, hay que entender que existe la minería "Proof-of-work (PoW), aquella donde se necesita un gran consumo de energía, era la que estaba en el punto de vista en la firma de la resolución votada hoy y la Proof-of-Stake (PoS), más usada por nuevas monedas y que tiene un consumo energético ínfimamente menor".

En caso de haberse aprobado, además de una crisis más para las criptomonedas que viven tiempos acelerados en cuestión de noticias, hubiese sido un importante paso hacia una transición a mecanismos más sostenibles, pero no ha sido así.

Tal como hemos publicado anteriormente, se ha disparado la contaminación que provoca el bitcoin y no hay solución a corto plazo. De momento propuestas como estas no avanzan, solo restricciones como la prohibición de su uso en distintos países, pero no suele ser por sostenibilidad, sino por su control.