Al hacer una fotografía plasmamos un instante para la posteridad. Estos recuerdos tienen un valor difícil de calcular, aunque hay una persona que les ha puesto precio y que, para sorpresa de todos, se ha hecho millonario de la noche a la mañana.

Lo más curioso de esta historia es que las fotografías que se han vendido son selfies. Sí, las típicas fotos que te haces para enviar a tus amigos y familia o que subes a las redes sociales. Vamos a ver cómo nuestro protagonista ha conseguido ganar tanto dinero.

Sultan Gustaf Al Ghozalu es un estudiante de informática de 22 años que decidió hacerse una foto cada día durante cinco años. El motivo de esta decisión fue generar luego un vídeo en el que se pudiese apreciar el paso del tiempo.

Tras haberse hecho tal cantidad de fotos y estar conforme con el resultado decidió convertir todas y cada una de estas fotografías en un NFT. Este movimiento fue acompañado por su puesta en venta en OpenSea.

Sin ningún motivo aparente las fotografías de Sultan Gustaf empezaron a venderse, de hecho, el mismo mostró cierta sorpresa al ver que había personas interesadas en comprar NFT que son, básicamente, fotos de su rostro.

El precio inicial de cada fotografía era de tres dólares, pero tras empezar a correr la información acerca de una persona que se había hecho fotos durante cinco años el precio ascendió. Fue un conocido cocinero de indonesia el que inició esta fiebre.

Esto causó que incluso algunas fotografías se vendiesen por 3.000 euros, aunque el resto seguían manteniendo el precio de salida. ¿Cuánto ha ganado? Las estimaciones de la plataforma apuntan a que ha conseguido 317 ETH.

La conversión de esta moneda en el momento de publicación de este artículo es de más de un millón de euros, aunque este mercado es volátil y puede que cambie en cualquier momento.

Lo que ha ocurrido a Sultan Gustaf Al Ghozalu no deja de ser un claro ejemplo de lo extraño que es el funcionamiento de los NFT. Estos activos electrónicos rastreables han sido otorgados de un valor prácticamente irreal.

Este año puede ser el año de los NFT y de las criptomonedas, así que habrá que esperar y estar atento para ver si ocurren más sucesos extravagantes y estridentes como ha sido el caso de los selfies por valor de más de un millón de euros.