Todos hemos sufrido el irnos de vacaciones y que, en el campo o en la playa, no hubiese cobertura. Apenas una raya y en las llamadas la voz iba y venía. España tiene buena cobertura... en las ciudades.

Una vez que nos vamos al mundo rural, muchas compañías empiezan a fallar en su misión por dar cobertura en todo el territorio. Por este motivo la gente de los pueblos mira muy bien qué compañía telefónica es la que promete buena señal en su zona.

Para combatir esto, los clientes más avanzados utilizan repetidores de señal móvil, no confundir con amplificadores de señal WiFi, los cuales sí son legales.

Estos funcionan con una premisa sencilla: se colocan en el exterior, donde mejor cobertura hay, y mirando a la antena de la compañía pertinente, y una vez que reciben la débil señal la amplifican en una zona determinada.

Y si bien es muy útil, es totalmente ilegal. Como explican en Banda Ancha, a diferencia del WiFi que utiliza frecuencias de uso libre que no requieren licencia, la telefonía móvil utiliza frecuencias asignadas por concurso público a las compañías, que tienen el derecho exclusivo a utilizarlas.

Por este motivo, los repetidores de señal móvil son ilegales, a no ser que sean instalados oficialmente por las mismas teleoperadoras.

Este es el motivo por el cual se pueden encontrar repetidores legales en el mercado, los cuales vienen certificados por la Unión Europea como seguros, pero su utilización está restringido a los profesionales de las compañías.

Repetidores WiFi 6: estos son los mejores que hay a la venta ahora

Si nosotros, como ciudadanos normales, instalamos un repetidor/amplificador de señal móvil, podemos meternos en un lío legal por instalar un aparato que interfiere unos espectros privados que no podemos explotar bajo nuestro libre albedrío.

Aunque te veas tentado de usarlo, ten en cuenta que si tu operadora (o cualquier otra) detecta que hay un repetidor ilegal, el coste de tener cobertura puede ser muy elevado.