Yendo al meollo de la noticia: los envíos de PC a nivel mundial se reducirán un 9,5% en 2022, según las últimas previsiones de Gartner, una consultora tecnológica especializada en este campo.

Después de que el mercado de los ordenadores personales viviera una segunda edad de oro durante el 2020 y 2021, gracias al teletrabajo masivo por culpa de la pandemia, ahora el sector vive un recesión donde hay un montón de culpables.

"Una tormenta perfecta de agitación geopolítica, alta inflación, fluctuaciones monetarias e interrupciones en la cadena de suministro han reducido la demanda de dispositivos por parte de las empresas y los consumidores en todo el mundo", explicó dijo Ranjit Atwal, director analista sénior de Gartner.

En Europa, Oriente Medio y África, se espera que esta cifra se reduzca aún más, en torno al 14%, con una combinación de la invasión rusa de Ucrania, el aumento de los precios y la falta de disponibilidad de los productos de China debido a los cierres localizados por el coronavirus.

También se espera que los envíos de tabletas y teléfonos móviles disminuyan durante el mismo periodo, y Gartner prediceuna caída del 9 % y del 7 % respectivamente. Se espera que el mercado de los teléfonos 5G también se vea muy afectado por el descenso, debido en gran medida al colapso del mercado de los smartphones en China.

Atwal dijo que a principios de año se esperaba que el mercado de teléfonos 5G en China registrara un crecimiento de dos dígitos. Sin embargo, el impacto de la política china de tolerancia cero COVID-19 y los cierres resultantes han impedido esas ventas en los smartphones 5G.

"La tasa de crecimiento ha bajado considerablemente con respecto al aumento previsto del 47% a principios de año, con la consiguiente pérdida de 95 millones de envíos de teléfonos 5G", ha señalado.

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Es probable que este declive global también repercuta en los fabricantes de chips. Tras la publicación de sus resultados financieros del primer trimestre de 2022 en abril, el director financiero de Intel, David Zimmer, explicó que las limitaciones en el suministro de componentes eran un reto continuo.

Y  que los últimos cierres de COVID en Shanghái aumentaban aún más el riesgo de la cadena de suministro y contribuían a las presiones inflacionistas que afectaban negativamente al mercado de PC.