La cuestión de la edad es una cosa que, hasta que no eres viejo, no te preocupa. Cuando somos jóvenes el tiempo vuela y los años no pesan. Cuando empezamos a pintar canas la cuestión cambia y no es para menos.

El problema viene cuando te digo que tú, que has vivido siempre en un séptimo piso eres más viejo que tu vecino el del primero con el que compartes año y día de nacimiento. ¿Cómo? Lo que lees, no me estoy inventando nada.

Un equipo de científicos de origen estadounidenses ha calculado cómo el tiempo pasa de distinta forma entre dos capas de átomos separadas por tan sólo un 1 milímetro. Esto se debe a la Teoría de la Relatividad de Einstein.

Por suerte, y antes de que os pongáis a mirar casa en un primero o un chalet a pie de mar (no se puede ir más cerca del núcleo de la Tierra sin un submarino), las diferencias son minúsculas. Es más, hay tantos ceros en los decimales que no se podrían percibir esta diferencia ni en un millón de años.

Según cálculos científicos, los años de diferencia que tiene el núcleo de la Tierra y las montañas del Himalaya es de unos 24 meses (dos años). Pero claro, han tenido que pasar 4.500 millones de años para conseguir ese lapso de tiempo diferencial.

Esto significa que por mucho que vivamos en un piso 45º y nuestro hermano gemelo en una casa en el Mar Menor, cuando tengamos 80 años él no va a parecer que sigue en la adolescencia mientras nosotros somos el abuelo de Heidi.

Pero pese a que a nosotros no nos afecte como seres vivos, este descubrimiento sí que es muy valioso a la hora de aceptar hipótesis y avanzar en el campo de la física. Por cierto, este fenómeno se explica muy bien en la película Interestellar.