48 años se dicen pronto, pero es mucho tiempo sin visitar el satélite que vemos cada noche en el cielo. Otros proyectos y la falta de presupuesto han ido retrasando la vuelta del hombre a la Luna, hasta ahora que se ha puesto en marcha una nueva misión. 

La culpa de esta vuelta la tiene Donald Trump, que lleva años obsesionado con que los estadounidenses vuelvan a pisar la Luna (desde que entró en la Casa Blanca, básicamente). La NASA por el contrario no lo tenía tan claro y se ha resistido. El presupuesto era demasiado alto, aproximadamente 135.000 millones de dólares. Sin embargo, Trump no acepta un no por respuesta y hace un año anunció un aumento del presupuesto para que la NASA pudiera poner en marcha la conocida como misión Artemisa. 

Al margen de la cabezonería de Trump, esta misión podría volver a marcar una página en el libro de hitos de la historia de los seres humanos en el espacio. En 2024, cuatro astronautas emprenderán un viaje a la luna para quedarse a vivir allí durante un tiempo. 

Al menos durante una semana, un tiempo en el que se realizarán estudios de campo y deberán demostrar que ya estamos preparados para vivir en otros planetas. Pero esto no es todo, el programa se llama Artemisa en honor a la diosa griega de la Luna, hermana de Apollo como la misión que llevó a los primeros hombres a la superficie del satélite. Esta vez no serán solo los hombres los que pisen el polvo lunar, sino que les acompañará la primera mujer en lograrlo. 

Aún no se sabe quién será la elegida para cumplir con ese papel en la historia, pero sí cómo serán los trajes con los que se protejan de las condiciones climáticas de la Luna, así como la nave en la que viajarán y el campamento que se establecerá en el satélite, que será su hogar por unos días.

Cómo será el viaje

Los astronautas viajaran en Orion, esta nave que será el corazón del cohete más poderoso que jamás se ha construido. Minutos después del lanzamiento, Orión se colocará en la órbita de la Tierra y dará una vuelta a nuestro alrededor para hacer tiempo y comprobar que todo está correcto y pueden pasar al espacio profundo. Una vez estén listos cogerán impulso y se dirigirán a un viaje de varios días hasta la luna. 

Todo estará listo para su llegada, en la superficie se encontrarán el campamento base ya montado en el polo sur de la Luna con varios rovers, y todo lo necesario para vivir y realizar los estudios previstos. Pero antes tendrán que hacer una para técnica la estación lunar que se colocará en la órbita del satélite.

Gateway, como se la ha bautizado, asegurará la comunicación con la Tierra y servirá como parada previa, para ésta y futuras misiones a cualquier otro punto del espacio. 

El campamento base

Una vez allí se dispondrán a pasar una semana en el campamento base. Los científicos llevan tiempo trabajando en distintos proyectos con los que poner a prueba las condiciones de vida en un entorno como el de la luna. Desde dónde van a vivir, qué van a comer, todo esto ya se ha estado planteando. 

HERA, por ejemplo, es un hábitat de tres pisos que ha pasado un tiempo en el desierto de Arizona cuyo clima árido es similar al de Marte. Además de un hábitat como este, los astronautas tendrán vehículos con los que hacer exploraciones, infraestructura suficiente para tener energía y comunicaciones y sistemas con los eliminar los desechos o convertir recursos locales en agua y otras necesidades. 

Los astronautas de la Estación Espacial Internacional también ha realizado experimentos para cultivar algunas plantas en el espacio. Estos cultivos pueden servir para limpiar el aire de CO2 y alimentar a los habitantes en un futuro asentamiento en Marte. 

Incluso ya es posible conseguir agua potable. La Estación Espacial Internacional cuenta con un sistema de recuperación de agua a bordo que recicla cada gota de agua, incluso de la orina de los astronautas para que estos no se deshidraten en su estancia. 

El coronavirus podría hacer peligrar la misión

La NASA dice que estará lista para en 2024 hacer el viaje, pero la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus les ha obligado, como a todos, a quedarse en casa y paralizar varios proyectos. Además la crisis económica que está creando el virus podría poner en peligro el presupuesto que necesitan y que Trump había prometido.