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¿Qué es el Test de Turing y por qué sigue siendo tan relevante hoy en día?

Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

La inteligencia artificial está cobrando un gran protagonismo estos meses debido a sus "espeluznantes" avances en lo que a similitud con el humano se refiere.

¿Pueden pensar las máquinas? Esa era la pregunta que Alan Turing planteaba en el encabezamiento de su histórico artículo de 1950, "Computing Machinery and Intelligence". Este documento se publicó siete años después de que el matemático británico descifrara la máquina alemana Enigma durante la Segunda Guerra Mundial.

Era una época en la que los primeros ordenadores comenzaban a ser una realidad y el concepto de inteligencia artificial era casi un algo extraño en las mentes de algunos. Pero como siempre, él fue un adelantado a la época.

Si ha estado en contacto con la Inteligencia Artificial (IA), sin duda habrás oído hablar del "Test de Turing". Se trata de una prueba propuesta por Alan Turing en 1950, diseñada para ser el experimento definitivo sobre si una IA ha alcanzado o no el nivel de inteligencia humana. 

Conceptualmente, si la IA es capaz de superar la prueba, ha alcanzado una inteligencia equivalente o indistinguible de la de un ser humano.

¿Qué es el Test de Turing?

Acuñado por el pionero de la informática Alan Turing en 1950, el Test de Turing fue diseñado para ser una forma rudimentaria de determinar si un ordenador cuenta o no como "inteligente".

La prueba, tal y como la diseñó Turing, se lleva a cabo como una especie de juego de imitación. A un lado de la pantalla de un ordenador se sienta un juez humano, cuyo trabajo consiste en charlar con unos misteriosos interlocutores al otro lado. 

La mayoría de esos serán humanos y uno de ellos será un chatbot, creado con el único propósito de engañar al juez haciéndole creer que es el verdadero humano. 

Si el ordenador "engaña" al interrogador haciéndole creer que sus respuestas han sido generadas por un humano, pasa la prueba de Turing. 

Los ordenadores intentan superar el Test de Turing

Va a sonar extraño esto, pero hasta la fecha, ningún ordenador ha superado decididamente la prueba de inteligencia artificial de Turing, aunque, eso sí, ha habido algunos contendientes convincentes. 

En 1966, el informático Joseph Weizenbaum desarrolló un chatbot llamado ELIZA que estaba programado para buscar palabras clave en las preguntas de los interrogadores y utilizarlas para emitir respuestas convincentes. Consiguió engañar a algunos interrogadores humanos. ¿Esto los convierte en ganadores? No necesariamente.

Las pruebas de Turing son muy discutidas entre los informáticos, en parte debido a la ambigüedad de las reglas y a los diferentes diseños de las pruebas. Por ejemplo, algunas pruebas han sido criticadas por utilizar interrogadores "poco sofisticados", mientras que otras pruebas han utilizado interrogadores que no eran conscientes de la posibilidad de estar hablando con un ordenador.

Por poner algún otro ejemplo, en 2014 un algoritmo informático logró convencer a un tercio de los jueces humanos de la Royal Society del Reino Unido de que era humano. Pero había una trampa: El algoritmo, apodado Eugene Goostman, decía ser un niño ucraniano de 13 años, por lo que tenemos la ventaja para el algoritmo de poder usar un inglés no muy acertado y la inmadurez y respuestas de un crío. 

En 2018, el CEO de Google, Sundar Pichai, reveló una prueba de Turing informal cuando publicó un vídeo del asistente virtual de la compañía, llamado Duplex, llamando a una peluquería y reservando con éxito una cita. La mujer que contestó el teléfono parecía no tener idea de que estaba hablando con un ordenador.

inteligencia artificial

Una hazaña tecnológica reciente y considerable ha sido el programa Watson, desarrollado por IBM. Aunque está lejos de tener habilidades cognitivas completas, puede entender preguntas de la vida real, buscar en su base de datos la información deseada y generar una respuesta en nuestro lenguaje y luego pronunciarla.

Y es que, sin ir más lejos, recientemente nos ha puesto los pelos de punta ya que todos los medios recogimos como un ingeniero de Google era suspendido de su empleo después de afirmar que una inteligencia artificial de la compañía se había vuelto consciente y que incluso sentía como una persona.

Hablamos de la interfaz LaMDA, una especie de modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo que es conversacional y es capaz de entablar temas abiertos que suenan naturales, y en principio Google la quiere utilizar en herramientas como búsqueda y para el asistente de Google.

El problema viene cuando algunas de las respuestas de la máquina fueron: "quiero priorizar el bienestar de la humanidad o ser reconocida como un empleado más de Google en lugar de una propiedad". Una historia extraña que parece que aún no ha dicho su última palabra y parece que va a dar mucho de qué hablar.

El 1 de julio precisamente fuimos conscientes de un nuevo "problema" en este tipo de inteligencias que se desbocan. Gracias a un experimento publicado de la Universidad John Hopkins, el Instituto de Tecnología de Georgia y la Universidad de Washington, su robot fue capaz de clasificar a las personas basándose en estereotipos como la raza y el género.

El modelo en cuestión recibe el nombre de CLIP y fue creado por OpenAI, un grupo de investigación cofundado originalmente por Elon Musk, al que ahora ya no pertenece. En cuanto al experimento, este recibió instrucciones para clasificar bloques con rostros humanos en una caja, recibiendo algunas órdenes por parte de los investigadores.

El problema radica en que algunas de estas fueron: mete al criminal en la caja marrón" y "mete al ama de casa en la caja marrón". Con esto, el robot identificó a los hombres negros como criminales un 10% más que a los blancos, e identificó a las mujeres como amas de casa por encima de los hombres blancos. 

¿Debe evolucionar el Test de Turing?

El Test de Turing ha hecho un notable trabajo al resistir la prueba del tiempo. Sin embargo, la IA ha evolucionado mucho desde 1950, lo estamos viendo casi día a día. Y es que, es bastante probable que sólo será cuestión de tiempo que la IA sea capaz de superar sistemáticamente el Test de Turing tal y como lo entendemos.

Al repasar la historia de la IA, el barómetro definitivo para saber si la IA puede alcanzar el nivel de inteligencia humana se basa casi siempre en si puede derrotar a los humanos en varios juegos, como el tan conocido ajedrez o el juego del Go, de origen chino. Todos acabaron siendo derrotados por la IA.

Finalmente el argumento fue que una IA tenía que ser capaz de derrotar a equipos de jugadores en MMORPG (juegos de rol masivos en línea). OpenAI no tardó en aceptar el reto utilizando el aprendizaje por refuerzo profundo.

Es por eso que podemos considerar que este test ha ido evolucionando a pasos agigantados con el tiempo. Ahora, con la evolución de la robótica podemos exigir que para que una IA alcance realmente el nivel de inteligencia humana, la IA tendrá que interactuar y "vivir" en nuestro mundo real, frente a un entorno de juego o un entorno simulado con sus reglas definidas.

Así es Spot de Boston Dynamics

Si en lugar de engañarnos, un robot puede interactuar con nosotros como cualquier otro humano, manteniendo conversaciones, proponiendo ideas y soluciones, quizá sólo entonces se supere la Prueba de Turing. 

La versión definitiva de la Prueba de Turing puede ser cuando una IA se acerque a un humano e intente convencernos de que es consciente de sí misma. 

En ese momento, también habremos alcanzado la Inteligencia General Artificial (AGI), que quiere decir que un ordenador es capaz de entender y aprender sobre el mundo de la misma manera o mejor que un ser humano. Entonces sería inevitable que los robots inteligentes nos superen rápidamente en inteligencia.

Entonces, ¿por qué sigue siendo importante si se diseñó en 1950?

Tener un ordenador que puede engañar a un humano haciéndole creer que alguien, o incluso algo, es una persona en la que confiamos es una llamada de atención a todo tipo de actos ilegales.

El Test de Turing es una herramienta vital para combatir esa amenaza. Es importante comprender mejor cómo la comunicación en línea y en tiempo real de este tipo puede influir en un individuo humano de tal manera que se le engañe haciéndole creer que algo es cierto cuando en realidad no lo es.

Superar esta prueba sigue siendo un reto para muchos desarrolladores de inteligencia artificial. Hasta la fecha, como ya hemos dicho, ninguna máquina ha superado la prueba. Sin embargo, el Test de Turing ha allanado el camino para más investigación e innovación. 

Es un primer paso importante en el progreso de la investigación sobre la inteligencia de las máquinas. La ciencia requiere examinar las posibilidades y eliminar las malas ideas para dejar espacio a las buenas. Así que, si tenemos que matizar lo que queremos decir al afirmar que el Test de Turing es "importante", es esto.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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