Charlie Brooker, guionista de Black Mirror, reveló en una entrevista con Empire que empleó la herramienta de lenguaje impulsada por inteligencia artificial ChatGPT para escribir un episodio de la tan querida serie. La verdad es que en pocas series encaja tan bien el concepto de un guion escrito por ChatGPT como en Black Mirror.

El problema es que, en pocas palabras, ha ocurrido lo mismo que en sus episodios, no tuvo un final feliz. “Lo primero que hice fue escribir ‘generar episodio de Black Mirror’ y aparece algo que, a primera vista, parece plausible, pero a segunda vista es una mierda. Porque todo lo que se hace es buscar todas las sinopsis de los episodios de Black Mirror y mezclarlas", explica.

Sin embargo, la charla entre Brooker y ChatGPT sí que fue positiva en un aspecto. Tal y como comenta, el guion nefasto realizado por la herramienta le sirvió para darse cuenta que en ocasiones había creado personajes sin trasfondo o que realmente no sirvieron para mucho.

Todo esto ha sido fruto del próximo estreno de la nueva temporada —la número 6— de Black Mirror, que comenzará a emitirse en Netflix el 15 de junio de 2023, tras un retraso de 4 años. Quien sabe si esta idea de usar ChatGPT simplemente ha sido la mejor promoción que Brooker ha podido hacer de una magnífica serie que tristemente se estaba quedando en el olvido.

¿Podrá ChatGPT sustituir a los guionista de series y películas?

Queda más que confirmado —al menos por el momento— que la inteligencia artificial no es adecuada para escribir guiones de series o películas. A pesar de su impresionante capacidad para generar texto, la IA carece del sentido creativo y la comprensión emocional necesarios para construir historias que finalmente enganchen a los usuarios. 

Los guiones más exitosos se basan en la habilidad humana de conocer y plasmar la complejidad de las relaciones sociales, de conocer cómo funcionan los conflictos internos de los personajes, basándose en experiencias propias, por ejemplo, y transmitir emociones profundas. 

Estos elementos esenciales para una buena historia son difíciles de replicar en una máquina, ya que la IA carece de experiencias de vida y emociones que den peso a la narrativa. 

Además, la creación de guiones implica decisiones artísticas y estilísticas que requieren una opinión subjetiva y una comprensión del contexto social en el que determinadas ideas pueden encajar mejor que otras. Todo esto son aspectos en los que la inteligencia artificial aún tiene limitaciones demasiado claras.