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Inteligencia artificial para "revivir muertos": ¿Nos estamos volviendo locos? Un experto opina

Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

Cerebro con calavera

Getty Images

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La inteligencia artificial también ha encontrado su espacio en el más allá y países como China está usando esta tecnología para "revivir muertos". ¿Es realmente una forma bonita de recordarles o se está yendo demasiado lejos?

La idea de que aquellos que tristemente nos han dejado vuelvan a la vida ha fascinado a la humanidad durante siglos. Desde la propia mitología o religión hasta películas y series de ciencia ficción, como la mítica Black Mirror, la posibilidad de traer de vuelta a la vida a quienes se han ido ha atraído siempre la atención por ese morbo que se esconde detrás y la necesidad de muchos de recuperar lo perdido.

En los últimos años, los avances en inteligencia artificial han hecho que la idea de "revivir a los muertos” parezca más cercana a la realidad que nunca. Aquí es donde entra en juego el concepto de nigromancia digital.

En pocas palabras, se refiere a la mezcla de la antigua práctica de la nigromancia —invocación— con la era moderna de la tecnología. Este fenómeno actualmente se fundamenta en la IA generativa, que va no solo se centra en la creación de textos, ya que también se incluye en este campo a los generadores de imágenes y vídeos.

En China, este negocio está viviendo un boom, ofreciendo a todo tipo de personas la posibilidad de mantener una conexión con sus seres queridos fallecidos a través de avatares digitales. Creados a partir de fotos y clips de audio, permiten conversaciones muy básicas, pero que sirven al menos de consuelo para esa persona. 

Deepfake fallecidos

Silicon Intelligence

"Revivir" a los fallecidos: ¿Necesario o peligroso?

Sin ir más lejos, ahora, empresas como Here After y Replika, han visto una clara necesidad generalizada y han tomado la decisión de ofrecer servicios basados en la inteligencia artificial generativa para resucitar digitalmente a aquellos que ya no están físicamente presentes.

Aunque todo esto puede parecer realmente bonito y una forma sana de usar la IA, ¿realmente es así? La idea de "interactuar" con simulaciones digitales de personas fallecidas está creando mucha incomodidad en algunos, quienes ven este fenómeno como una especie de magia oscura del siglo XXI o directamente consideran que es una locura.

“Realmente no se conocen los efectos que esto puede provocar si se hace a gran escala, estamos creando un universo paralelo donde por primera vez en la historia de la humanidad la muerte ‘no existe’. Pero es que aparte de los problemas éticos todavía por evaluar se plantean de inmediato una serie de cuestiones legales, como el tratamiento de los derechos de propiedad e imagen y se crean problemas relacionados con, por ejemplo, la suplantación de una persona fallecida y para los que no tenemos un marco legal”, nos explica en una entrevista para Computer Hoy Fernando Pérez Borrajo, Cofundador y Director Corporativo de Aunoa.

Todo el mundo habla de ella pero, ¿y si la inteligencia artificial general no llegase a hacerse realidad nunca?

Expertos comentan que este tipo de actos cruzan los límites éticos y culturales. Sin embargo, sociólogos de la Universidad de Liverpool consideran que la idea de mantener conexiones con los muertos a través de textos, imágenes y objetos no es algo nuevo en la historia de la humanidad.

Argumentan que la IA generativa no está introduciendo algo nuevo, sino que está evolucionando junto con las prácticas existentes de duelo y recuerdo. La preocupación de que los difuntos sean "zombificados" al ser forzados a decir cosas que no dirían en vida es válida, pero los sociólogos matizan que esto es algo que habría que valorar caso por caso y ver si se trata de un problema individual.

“Existe un caso muy cercano, que es la recreación de la cara y voz de Lola Flores para un anuncio de Cruzcampo en 2021, y en este caso fueron sus familiares los que dieron el consentimiento para hacerlo y no hubo problemas porque al fin y al cabo son sus herederos, pero en puridad el consentimiento debería haber sido el de la propia Lola Flores”, matiza Fernando Pérez Borrajo.

Pese a todo esto, “debemos tener clara una cosa: en términos digitales va a ser absolutamente imposible distinguir lo real de lo que no lo es. No podremos saber nunca si una persona que vemos a través de una pantalla, su voz o una imagen o video que nos envía es real o no. Así que en la práctica solo podremos saber si alguien es real es viéndolo y tocándolo físicamente, lo cual en el fondo puede ser hasta algo bueno”, finaliza el entrevistado.

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Etiquetas: Entrevistas, Inteligencia artificial, Software