Brave acaba de anunciar Leo, la IA generativa más privada que existe. Nada de lo que hagas será visto por otros, ni será registrado. Una alternativa a ChatGPT y Google Bard muy interesante.

La inteligencia artificial generativa ha creado polémica, y algunas versiones han sido bloqueadas en Europa, por su capacidad para espiar las preguntas y los chats de los usuarios.

ChatGPT, Google Bard y otras, guardan el historial de prompts, y usan los datos generados por los usuarios para su entrenamiento. También, las versiones de pago asocian tu actividad con tu cuenta. Brave promete eliminar todo esto, con su IA generativa Leo.

Una IA que no te espía

Brave es uno de los mejores navegadores privados que existen. Bloquea los anuncios intrusivos y los rastreadores, limita las cookies, y no almacena tu historial. Y tiene su propio buscador.

Acaba de estrenar Leo, su IA generativa alternativa a ChatGPT, diseñada con la privacidad como la máxima prioridad.

Leo responde a preguntas, busca información, hace resúmenes, y traduce a varios idiomas. Básicamente lo que hace ChatGPT. Hay una versión gratuita, pero la mayoría de las funciones están dentro de Leo Premium, que cuesta 15 dólares al mes. Brave no gana dinero espiando, ni con la publicidad, así que vive de las suscripciones.

¿Por qué la Inteligencia Artificial Leo es más privada que ChatGPT, Google Bard, o la IA de Bing?

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Para empezar, utiliza un proxy que anonimiza tus preguntas y peticiones, de forma que no se asocien a tu IP. Además no almacena las respuestas de la IA, ni las usa para entrenarla.

No requiere crear una cuenta, ni iniciar sesión. Si te suscribes a Leo Premium, se usan tokens no vinculables que validan tu suscripción cuando utilizas Leo. Esto significa que Brave nunca puede conectar los detalles de tu compra con tu uso del producto.

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Leo utiliza el modelo de lenguaje Llama 2 de Meta, como base para sus funciones de consultas, y el modelo Claude de Anthorpic para el razonamiento lógico y la creación de código de programación. Esto puede levantar suspicacias, porque Llama 2 es un producto de Meta, que vive de extraer datos.

Brave asegura que ningún dato sale de su ecosistema a través de Llama o Claude.

Competir con OpenAI, Google o Microsoft es muy complicado. Brave lo hace potenciando el punto débil de sus rivales: la privacidad. Una filosofía que le ha ido bien con el navegador. Veremos si puede hacer lo mismo con su inteligencia artificial Leo, ya disponible desde la versión 1.60 del navegador, aunque aún no aparece en España.